D’ Cero


Rap a contracorriente (+ video)

Detallar los motivos que condujeron al rap a los muchachos de la agrupación D’ Cero es un camino tortuoso lleno de altibajos, que inició años atrás desde direcciones opuestas sobre el escenario de la Universidad Máximo Gómez Báez, cuando en los festivales de artistas aficionados les tocaba, en buena lid, ser rivales.

En aquel tiempo Jarieg Jesús Legítimo formaba parte de otro grupo, donde además del rap y la amistad, se compartía la práctica y la afición por el boxeo y la lucha, mientras estudiaban la disciplina de Cultura-Física y le imprimían la misma fuerza del deporte a sus letras. Alexander Yoel Campbell y Michel Puertas Marrero integraban el dúo La Familia, y lo suyo era el cálculo y la programación, típicas en el currículo de cualquier ingeniero informático.

De a poco su estética quedó esbozada en ese laboratorio común y de sana rivalidad que significó la peña El rincón del güije, en este centro docente, y al menos una vez al año sus voces coincidían en el teatro Iriondo. En aquel entonces todavía era pronto para adivinar que terminarían juntos otra vez sobre el escenario, pero ahora como parte de una formidable fusión, que les devuelve alegrías al cabo de 15 años en los que el rap ha sido un sentimiento visceral.

  • ¿D Cero fue casualidad o un proyecto pensado con calma?

Nos conocíamos de la universidad, pero al terminarla cada cual siguió su rumbo y nos reencontramos luego de seis años. Algunos habían abandonado el rap y los que quedamos decidimos unirnos y probar. Los resultados fueron buenos. Nos acoplamos y empezamos a trabajar en equipo.

  • ¿Hay marcas identitarias en su obra?

El rap siempre ha sido valorado como un género fuerte e inconforme. Creemos que nuestra rítmica y el estilo de las composiciones son diferentes, aun cuando no renuncian a este principio de decir y transformar. Tratamos de enumerar verdades enormes y a la vez hacerlo de un modo jocoso, mediante la broma, el doble sentido y la ironía alrededor de asuntos tan serios como las tristezas de la vida o las limitaciones económicas.

  • De artistas aficionados a profesionales, ¿ha sido difícil el tránsito?

Para audicionar ante la comisión del Instituto Cubano de la Música tuvimos que repensar la agrupación y preparar un repertorio sólido. Con todo y eso nos señalaron detalles asociados a las voces. Al año siguiente nos presentamos en La Habana con el nombre de D’ Cero y no hubo objeciones. Sin embargo, sabemos que tenemos que trabajar más lo referido a la dicción, la afinación y el adecuado empaste. De momento no somos ambiciosos: rapeamos y tratamos de comercializarnos.

  • ¿Qué papel le conceden a la Asociación Hermanos Saíz en su carrera?

En la Asociación encontramos puerto seguro para hacer nuestra música y fue un incentivo para crecer. Pasamos de ser un grupo disperso que se presentaba en espacios informales a otro que comenzaba abrirse paso en la escena nacional, gracias al intercambio con los mejores exponentes del género en diversos encuentros y festivales nacionales como el Trackeando, en Camagüey. Sin olvidar la promoción oportuna y el apoyo ante cualquier emprendimiento.

  • La peña Mucho Rap ha logrado aunar público, ¿cuál es la clave?

Creemos que lo más importante es la asistencia de gente a la que le interesa el género y se respira un buen ambiente cuando empezamos a rapear. Además, ha servido para atraer a más jóvenes que buscan un espacio para oírse. Aunque muchos abandonan porque no se entregan por completo al aprendizaje, ha servido para la controversia y como elemento aglutinador. Como norma antes de empezar cada presentación improvisamos para que la lengua se destrabe y los nervios cedan. Luego entramos en confianza y el espacio fluye de modo natural.

  • Sobre el escenario, ¿importa tanto la improvisación como el lenguaje corporal?

Que lo que dices esté en correspondencia con lo que haces es un principio importante, el flow y la letra deben estar en correspondencia. Para lograr nos ayudaron mucho las presentaciones como aficionados en los festivales de la escuela o las peñas de la ciudad porque aprendimos a desenvolverlos. Además, en el rap, como en cualquier otro género, es necesario estudiar, observar y prepararse. Por eso admiramos y aprendimos viendo a grupos como Doble Filo, Los Compadres y Contrataque.

  • ¿Cómo valoran el posicionamiento del rap en la escena musical cubana?

Luego de la desaparición de los famosos festivales de Alamar, tomarle el pulso en el país es más complejo. Faltan espacios para su visualización, una promoción certera y, muchas veces, apoyo institucional. También se ha confundido el rap con cualquier cosa y son abundantes discursos vulgares y carentes de originalidad en lugar de esa crónica de barrio que siempre ha sido.

  • ¿D Cero está listo para grabar un disco?

Como muchos raperos de hoy, nunca hemos entrado a un estudio ni hemos grabado un tema con la seriedad que se requiere comercializarlo en el mercado. Conocemos solo de habitaciones improvisadas, grabaciones en el baño y backgrounds apresurados, que por suerte son manejados por Yoel, que como es ingeniero informático, conoce de cuanto software de creación musical existe para editar, mezclar y masterizar.

Los tres trabajamos para lograr la rima de los versos y cada quien aporta ideas nuevas.

Hasta ahora tenemos montadas más de 100 canciones, que incluyen versiones propias de clásicos de la música cubana como El cuarto de Tula o Cachita y eso nos hace felices. Sin embargo, lograr un contrato con una disquera es difícil y ni siquiera lo hemos intentando.