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Venecia Feria: «Ojalá se involucraran más mujeres en el humorismo»

Conversaremos sobre el humor hecho en Cuba por jóvenes, y sobre la presencia femenina en él. Para ello tengo como invitada a la actriz holguinera Venecia Feria Borjas. Integrante desde el 2012 del grupo Etcétera, Venecia es reconocida por su talento y versatilidad como una de las más destacadas actrices humorísticas del país. Su entrega en las tablas ha merecido el reconocimiento del público y también de la crítica. Muestra de ello son los galardones en los festivales nacionales Aquelarre y el premio Eloísa Álvarez Guedes de actuación femenina en el Premio Nacional Caricato.

Acércanos a tus orígenes: ¿Por qué el teatro? ¿Por qué esta pasión por la actuación?

Creo que el culpable fue mi papá. Desde niña siempre estuve rodeada de cámaras y micrófonos porque él es camarógrafo y director de fotografía. Le gustaba mucho grabarnos a mi hermana y a mí haciendo personajes. Creo que eso influyó en que me inclinara por la actuación, hasta que llegué a la radio a los siete años.

Desde niña te vinculas a proyectos en la radio de Holguín, pero hay uno que destaca: el colectivo Alas Buenas. Coméntanos sobre esta experiencia…

Me gustaba mucho la radio. Escuchaba los programas infantiles todas las mañanas antes de ir a la escuela. Mi papá un día me llevó a la emisora para que viera cómo era el trabajo, y así comencé a colaborar aunque apenas hacía personajes, porque no sabía leer bien cuando comencé a ir. A los siete años aprendí y empecé a trabajar en programas infantiles. Allí conozco a una actriz de la compañía teatral Alas Buenas y me invitó a una de las peñas que hacían para los niños, las mañanas de los domingos en Holguín. Me gustó mucho el trabajo de la actuación, de los payasos… Ahí es cuando empiezo en el teatro, luego de aprobar un casting. Desgraciadamente tuve que abandonar la radio porque el teatro demandaba tiempo y viajábamos mucho. Pero a veces hacía trabajos de locución, que me gusta mucho también.

Venecia, tu formación actoral es académica, pues estudiaste en la filial de la Escuela Nacional de Arte (ENA) en Granma. ¿Cuánto consideras que aportaron estos años de estudio a tu vocación de niña?

Fue el momento para estudiar la voz y la dicción, expresión corporal, todo eso que me interesaba y no había tenido oportunidad de estudiarlo profundamente. En la compañía nos preparaban, pero no con el mismo rigor que cuando entras a una escuela de esta magnitud. Allí tuve excelentes profesores que me ayudaron muchísimo en mi profesión, a amar más la actuación, y creo que fue fundamental para lo que estoy haciendo actualmente.

En el 2009 ingresas al prestigioso colectivo escénico Trébol Teatro. ¿Qué significó para ti pertenecer a esta agrupación?

Trébol Teatro fue muy importante. En Alas Buenas hice mi tesis de graduación y conocí a Yunior García, uno de quienes deciden separarse de aquella compañía y crear Trébol Teatro. Me encantó la idea de pertenecer a un grupo dirigido por jóvenes, y además muy buenos amigos. Emprendimos la tarea de hacer teatro a toda costa. No poseíamos sede, nada. Simplemente teníamos una obra en el repertorio y fue muy bonito ese momento. Yo había acabado de salir de la ENA y en ese momento en uno tiene deseos de “comerse al mundo”. Trébol fue el inicio de mi carrera como actriz profesional y le agradezco muchísimo a todos ellos aceptarme el tiempo que estuve, bastante corto pero muy fructífero.

Mencionabas a Yunior García en el empeño de fundar Trébol Teatro, y te voy a mencionar tres obras escritas por él en las que participaste. ¿Qué significó para ti Cierra la boca (2009)?

Fue la primera que tuvimos, y era la primera vez que trabajaba con Yunior, no lo conocía. Y ese conocimiento de ambos –de él también al dirigirme– fue difícil pero lo disfruté muchísimo, y dio pie a que trabajáramos en otras puestas en escena…

Como es el caso de Asco, del 2010.

Ahí tuve la suerte de hacer todos los personajes. Con esa obra me evalué como actriz profesional. Fue un trabajo bien interesante, con un tema muy fuerte y repetía con todos los integrantes del grupo. Eso era lo que me hacía más fácil el trabajo porque ya los conocía de Cierra la boca, y con algunos hasta había estudiado en la ENA.

Sin embargo, la experiencia con este dramaturgo y con este grupo siguió repitiéndose hasta llegar a Semen en el 2012, otra obra de teatro en la que participaste. ¿Recuerdas cómo fue?

Semen fue la última que hice con Trébol Teatro. Allí estábamos todos los actores. Interpreté a Olivia, un personaje bien difícil. Yunior es un director muy exigente y tuvimos poco tiempo para montarla. Por suerte todo salió bien y el estreno fue un éxito. Solo hice una función de esa obra, y luego me dirigí al humor.

¿Cómo te decides a incursionar en el humor profesionalmente? ¿Qué te motivó?

Nunca lo había hecho. La primera vez fue en un aniversario de Etcétera, donde ellos nos invitan. Hice algo bien pequeño con dos actrices de Trébol Teatro, y a Eider Pérez –el director de Etcétera– le gustó mucho. No hablé, solo hice gestos. Allí es cuando Eider me invita a trabajar, me pregunta si quería hacer algo más con ellos. Acepté y así es como empieza mi trabajo en el humor. 

¿Qué representa para ti formar parte, hace tres años, de esta destacada agrupación?

Llegué en el 2012. Ya ellos tenían muchos años con el grupo, empezaron en 2005 en la Universidad de Oriente. Para mí fue maravilloso que Eider me invitara a trabajar con ellos. Nunca había hecho humor y me sentí muy halagada porque Etcétera ya había obtenido varios premios Aquelarre y otros reconocimientos en festivales de humor, y bueno, me encantaban. Eso es lo que me hace decidir por ellos. También la confianza que me dio Eider, me hizo sentir segura en ese mundo que era completamente desconocido para mí.

Tu ingreso ocurre con la participación en el Festival Aquelarre 2012, donde interpretaste el monólogo 120 enterabay escrito por el director de Etcétera. Cuéntame sobre este trabajo porque gracias a él obtuviste varios premios en el certamen.

Con Etcétera había hecho otras cosas bien pequeñas, y quería algo más. Le comenté a Eider que tenía la idea de un personaje que ya había utilizado en la ENA. Era una viejita, y la verdad es que no sabía todo lo que iba a implicar, el trabajo que me iba a dar. Él me dijo: «te voy a escribir un monólogo para que tú trabajes, te lo voy a dirigir y lo presentamos en las audiciones del Aquelarre si estás de acuerdo». Perfecto, le dije yo. Al principio fue muy difícil enfrentarme al humor, en la escuela me habían dado algunos códigos pero no era todo lo que requería este monólogo. Fue fantástico ver la acogida con este personaje con el cual tenía tantos temores, y ver como el público me aplaudió en la primera función, en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional. Vaya, me sorprendió, a la gente le encantó. Ese año obtuve premio Caricato a mejor actuación femenina, mención en monólogo, mención a texto llevado a puesta en escena. Me deslumbré, me encantó, y eso también me hizo decidir por el humor, todo el éxito que tuvo el monólogo. Fue algo desconocido para mí, pero que me llamó mucho la atención.

Venecia, hasta tu ingreso en Etcétera, ése era un grupo compuesto solamente por hombres. ¿Cómo fue la acogida que te dieron y cual consideras que sea el principal aporte de la presencia femenina?

Creo que el primer aporte fue que les quité el peso de interpretar personajes femeninos, los asumí yo. Por otra parte me he encargado desde que comencé de hacer los spots, toda la publicidad, incluso algunos vestuarios, y me encanta. Ese es uno de los roles, además del de actriz, que desempeño en Etcétera.

Quienes tenemos la oportunidad de disfrutar de los Festivales Aquelarre y otras presentaciones humorísticas, notamos que casi siempre hay actores masculinos y poca presencia femenina. ¿A qué atribuyes esto? ¿Opinas que hay una carencia de mujeres humoristas en Cuba?

Mira, esta es una pregunta que me hacen en todos los programas que voy. No sé. Yo lo hago. Y hay otras mujeres, aunque somos pocas las que han sentido esa sensibilidad hacia el hecho de hacer reír. Pero ojalá fueran más las mujeres que se involucraran en el humorismo.

etcetera

¿Cómo te preparas a la hora de enfrentar un nuevo personaje?

En el caso del humor tengo la posibilidad de que Eider me pregunta para la mayoría de los personajes qué quiero hacer. Yo le he propuesto una niña, una miss universo… Tengo la posibilidad de escoger las cosas que quiero hacer con él. Eso es una facilidad que no creo que la tengan muchas personas, por eso me siento afortunada. Cuando tengo el texto lo voy preparando, conformando cómo veo al personaje físicamente y psicológicamente. Así lo voy haciendo poco a poco hasta que llegue la primera función. En ese momento, cuando me subo al escenario, creo que el personaje está a un 50 %.  Después de esa primera presentación se me ocurren tantas cosas que me doy cuenta de que hasta ese momento, en algunos casos, prácticamente no tenía personaje. En otros casos sí voy muy segura, nos aprendemos el texto bien y hay otras cosas que surgen en el escenario. Sucede que en el caso de nosotros la premura es muy grande, y en la escena terminan de construirse los personajes. Además, creo que es un trabajo que nunca se termina. Yo tengo un personaje de una niña que lo estrené en el 2013 y todavía lo disfruto muchísimo, y constantemente estoy encontrándole cosas nuevas. Es un w bien difícil pero muy…

¿Reconfortante?

Si

Para muchos la actuación es una carrera muy difícil y de mucha preparación. A partir de tu experiencia: ¿es visible la presencia de los jóvenes en la escena humorística cubana?

Etcétera es el grupo más joven que tiene el Centro Promotor del Humor, lo que quiere decir que hay pocos jóvenes haciendo este trabajo, pero sí creo que hay bastantes personas en toda la isla. Me parece que falta verlo como algo más serio, una opción válida…

Imagino que uno de los motivos por los cuales Etcétera ha sido muy premiado, y tú también en solitario, es por la elaboración de los guiones. ¿De dónde se nutren?

De la vida cotidiana, de la realidad que estamos viviendo. En otros casos de temas que nos interesan más allá de los problemas que existen en la vida. En Etcétera tenemos números de Superman y Elpidio, de la Mona Lisa y Gitana Tropical, son textos que tocan cosas de la vida cotidiana pero son personajes totalmente atípicos en nuestro contexto.

¿En qué proyectos trabajas actualmente?

Estoy trabajando con Etcétera, terminé hace unos meses el programa No quiero llanto y estamos preparando un espectáculo nuevo, bien grande y abarcador, vamos a ver cómo sale. Le estamos poniendo mucho empeño, queremos tener otros actores invitados. También estoy haciendo trabajos de diseño, que me gusta mucho. Y en la televisión pienso comenzar un programa participativo.

 Conductora: Maureen Delgado

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