Jorge Noel Batista: La trova infinita

«La trova es infinita y es donde mejor confluyen el texto y la música». Así expresa el joven cantautor Jorge Noel Batista, autor del tema “Cazando vientosâ€:

Tus ojos / despeinan el parque la noche demora/ y te vuelves cargada de abrazos / que alargan su fuego y se quedan conmigo / cantando y es la ciudad / esas tantas horas / por las que estarás / pálida en flor / tejiendo versos. vistes de calle / toda duda / vas al descuido de locuras guardas distancias / cual ayuda / vierte una tormenta/ acuna los besos fieros / del intento. y voy / como pared / dejando pronunciar los días más cuando faltes / ya estaré / cazando vientos / y me iré.

Nacido en la ciudad de Santiago de Cuba el 14 de julio de 1991, Noelito, El pollo o El principito de la trova, como le suelen llamar amigos y consumidores de su obra, forma parte de la bohemia santiaguera que reverdeció más allá de los parques, los portales, cafés y espacios nocturnos de una ciudad que sufre ahora mismo de cierta incapacidad para crear y sostener mecanismos que visibilicen y apoyen la joven avalancha de artistas comprometidos con su identidad, cultura y pensamiento creativo.

Actualmente Noel es parte del formato que acompaña al cantautor Ray Fernández, esta vez con las sensaciones de un instrumento tan particular como lo es el tres. Quedémonos unos minutos bajo la intimidad de este juglar para aprehendernos a su poesía:

¿Qué significó el surgimiento de la Nueva Trova para ti?

Cuando descubrí las canciones de Silvio, Pablo, Noel, y las de los que les siguieron (como Santiago Feliú, Gerardo Alfonso y todos los Habana Abierta), mi universo cambió completamente.

Yo vengo de una escuela de música en la que los estudiantes están bastante alejados de la trova, aunque te puedo decir que movió mi vida hacia una manera más rica entenderla a ella y la poesía.

¿Cómo se hace un trovador?

Un trovador es un guerrero, es un poeta y buen músico que regala historias nacidas en su cabeza o en lo que ve. Creo que para ser trovador no basta con tocar guitarra y cantar lindo…Hay que elevar el alma, hacerse hermano de la vida, salir de una canción, perderse, regresar a otra canción. No es tarea para cobardes.

¿Qué importancia tiene una ciudad como Santiago de Cuba en tu universo creativo y personal?

Santiago es mi amor…. Allí existen personas maravillosas, excelentes músicos y artista en general. Hasta el momento he logrado la mayor parte de mis canciones en Santiago.

Por ser una ciudad con pocas opciones, los artistas nos reunimos más seguido, vamos a la casa de la trova, donde existen todavía muchos músicos que tienen una tradición bien fuerte y puedes escuchar a grupos que suenan un son agresivo, que llena de vida. Nos vemos en el mismo café, el mismo parque, la misma casa de un socio y esta interacción es fundamental para la creación. Mi vida está marcada por esa ciudad: desde mi forma de hablar hasta mi comportamiento en muchas situaciones.

¿Existe una crisis o no en la visibilización y promoción de los trovadores santiagueros dentro y fuera de la ciudad?

Estuve hablando con Rogelio Ramos, periodista y compositor; me decía hace un tiempo que la trova tuvo siempre poca promoción en general y Santiago no fue la excepción. Es clara la poca promoción de la trova santiaguera actual en todo el país. Se le da espacio en algunos programas de televisión y de radio, pero no es suficiente. También es importante decir que los propios trovadores tenemos culpa en este asunto: no todos nos preocupamos por nuestra promoción ni tenemos propuestas interesantes.

La cultura en Cuba está siendo amenazada, no solo la trova como género musical. La gente debe conocer sus ritmos, su cultura. Estamos en un país riquísimo y no lo aprovechamos. Cuando revisas el número de trovadores en Santiago, te das cuenta de que es amplio. La falta de un movimiento sólido se debe a la despreocupación de los propios trovadores. Estamos dormidos en este punto. Lo digo porque está el ejemplo de Villa Clara, con la Trovuntivitis. Esta gente comenzó en azoteas, casas de amigos, y se fueron ganando un espacio y un nombre como movimiento. La unión es imprescindible para mover una ciudad como Santiago, llena de personas que no entienden muchas veces nada.

¿Qué te inspira a hacer una buena canción?

Hacer una buena canción no es sencillo. Se crea un largo acuerdo entre lo que estás sintiendo y lo que crees que está bien o mal, con el texto y la música… A mí me han inspirado por lo general momentos que he vivido en relaciones amorosas, desde las más débiles hasta las que te dejan sin nombre ni sitio.

Una canción corre por tu sensibilidad para nacer, es mágico. Lleva dedicación, estudio. Para hacer una buena canción no puedo perderme de vista, tengo que creer, que regresar al placer de lo ingenuo, tener paciencia.

Si no fueras trovador, ¿qué serías?

Estudié música en Santiago, guitarra clásica en el conservatorio Esteban Salas. Desde pequeño fui un amante de la trova. Nunca se me olvida la primera vez que vi por el televisor a Fito Páez. Si no fuera trovador me hubiese quedado de guitarrista acompañante, interpretando canciones ya escritas por otro…De todos modos seguiría en la música.

Agradezco a la vida que me dio la oportunidad de descubrirme compositor. Para mis canciones está dirigido todo: cada acorde nuevo, cada ritmo, cada género que aprendo. Gracias a todo el universo por hacerme trovador.

Háblame de tus influencias musicales.

Vienen de Brasil y de Cuba, por supuesto. Me identifico mucho con la obra de D’javan, Gilberto Gil, Chico Buarque, mucha música tradicional cubana, de todo el país, especialmente estoy loco con la obra de Miguel Matamoros. Más recientemente me identifico también con Eduardo Sosa, William Vivanco, Rolando Berrío.

¿Cómo te gustaría ver a Santiago de Cuba dentro de cinco años?

Me gustaría que desde Santiago de Cuba se pueda hacer una vida un poco más abierta a posibilidades de trabajo y promoción artística, como sucede desde La Habana. Mucha gente critica un poco cuando sales a vivir fuera de ella, sin entender que uno sí ama la ciudad, solo que todo es más difícil desde allí. Me gustaría que estuviera menos contaminada, en todos los sentidos, que retomara su bohemia, que fuera más inclusiva, menos olvidada.

¿Qué significa para ti ser un trovador cubano?

Ser un trovador cubano es lo mejor que me pudo pasar. Es lo que fortalece mi patriotismo.

Foto: Tomada de La Jiribilla

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