Defendiendo un solo arte

Las habilidades y recursos de seis jóvenes improvisadores quedaron más que comprobadas en el Choque de Improvisadores, sucedido en el Patio Central del Pabellón Cuba como parte del primer Encuentro de Improvisación Poética Oralitura 2019. No hubo bando azul ni rojo, hubo repentistas y freestylers defendiendo un arte: la improvisación.

Qué bello encontrar la muestra del amor por la palabra, tener una tarde noche en la que más que recursos lingüísticos, estilísticos y genéricos, estos artistas sumaron a su público a una hermosa causa: defender la cultura cubana.

 El arte llamado underground se subió al ring cada vez más refinado en su producto final, con técnicas, y un discurso de un excelente contenido y forma. Bien acostumbrados nos tienen estos cantantes urbanos, junto a los repentistas, que día tras día prepararon a su público en las redes para un Choque de Improvisadores sin referente.

Oralitura Habana rompió más de un estereotipo, pero quisiera centrar mi atención en un aspecto crucial. Se homenajeó a La Habana desde dos expresiones musicales que aunque no son oriundas de nuestra capital identifican su panorama musical, sus formas de expresión y su actualidad.

Rap y Repentismo, dos “r” que tienen tradiciones, exponentes, y códigos lingüísticos únicos encontraron punto común en la improvisación. No hay una clave del éxito, el ingrediente idóneo en la receta es conectar con su público.

 Extraer de ellos una exclamación es muestra de su empatía. Un rapero puede apoyar a un repentista y viceversa, en esta ocasión cantó el arte, cantó la palabra, boxearon las sensibilidades artísticas de El Ciudadano, Yeriko, Tito MC, Anamarys Gil, Reiber Nodal y Sindy M. Torres.

Eso de quebrar estereotipos puede que haya sido la clave de este Primer Encuentro de la Improvisación Poética. No estaba el típico guateque, aunque sí la décima, no se simulaba el espacio frecuente para el rap; se representó un sitio intermedio donde lucharon la creatividad, el ingenio, la perspicacia y la agilidad mental de cada uno de estos jóvenes artistas.

 Cómo no creer en el arte joven si da muestras de reinventarse lo ya canonizado. Esa tarde vimos un guateque en el Vedado, en el mismo lugar que se presenció una descarga rapera.

Quedó muy claro, no importa sin son de la loma y cantan en el llano, tampoco si su lírica es urbana, solo algo tenía valor en escena: la palabra y la improvisación.

Todos vimos tres ganadores: El Equipo de los Repentistas. Pero hubo más: un trabajo de equipo, diversión, emoción; momento en el que se desdibujaron los lindes genéricos. Este ring fue el clímax del programa de un evento que llegó a la Habana para improvisar nuestro uniVERSO.  

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