El derecho de soñar


«Un personaje que le hacía falta a mi carrera»

Ingrid Lobaina es una joven actriz y artista visual, apasionada de la fotografía. Graduada de la Escuela Nacional de Teatro (ENA) y Licenciada en Comunicación Audiovisual. En 2022 obtuvo una mención en el concurso de actuación Adolfo Llauradó, de la Asociación Hermanos Saíz, por su personaje de Noemí en la serie Calendario. Su primera incursión en una telenovela fue con el personaje de Heydi en Tan lejos y tan cerca.

Ahora le da vida a Damaris en El derecho de soñar, obra dedicada al Centenario de la Radio Cubana y al aniversario 75 del estreno de la radionovela El derecho de nacer. En esta obra, dirigida a cuatro manos por los experimentados Alberto Luberta Martínez y Ernesto Fiallo, Ingrid tuvo la posibilidad de adentrarse en una parte de la historia de la radiodifusión conocida como “La guerra del aire”, donde se enfrentaron Amado Trinidad, de RHC. Cadena Azul y Goar Mestre, de CMQ Radio.

“Gracias a mi formación en la ENA y en la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual, y a mis profesores Raquel González y Bruno Suárez Romero, ya tenía un conocimiento sobre la historia de la radio. Cuando estudié actuación tuve la experiencia de hacer unos ejercicios donde interpretábamos personajes de capítulos de novelas radiales para formarnos también desde el punto de vista actoral, enfocado en ese medio.

“Al enfrentarme a este proyecto ya contaba con un background de conocimientos que, obviamente, me sirvieron para poder interpretar el personaje de Damaris, la directora de la emisora habanera CMCU.”

Precisamente Damaris es una muchacha joven que encuentra la resistencia de un señor mayor que fue testigo de las transmisiones radiales cuando se estrenó la radionovela El derecho de nacer. ¿Qué referencias tuviste para preparar este personaje?

–Tengo una amiga que me sirvió como referencia. Ella no pertenece al mundo de las artes, sino al de la Medicina, pero igual es una mujer que con una edad temprana se enfrentó a la dirección de una institución importante del país. Me ayudó mucho a la hora de caracterizar el personaje al contarme sus experiencias, justamente sobre los conflictos a los que tuvo que enfrentarse por problemas generacionales y de machismo. Eso me sirvió para preparar mi personaje desde la perspectiva psicológica.

“También me valí de mis propias vivencias cuando me gradué y me tocó pasar el Servicio Social con choques generacionales y la resistencia de las personas mayores, con más experiencia, que llevan muchos años en sus puestos de trabajo y ven con recelo a los jóvenes que a veces llegan con ideas un poco más novedosas y atrevidas”.

¿Qué te aportó, desde el punto de vista profesional, interpretar este personaje?

–Ha sido una oportunidad gigante que Luberta y Fiallo, como representantes de todo un equipo de realización, me hayan abierto las puertas de la telenovela porque desde el punto de vista profesional es un honor haber trabajado con actores de la talla de Jorge Martínez, Rubén Breña, a quien tengo en un lugar muy especial de mi corazón, y Roberto Perdomo, entre otros que no menciono porque es una lista larguísima pero que igual me acompañaron mucho y me ayudaron a compartir escenas de una alta sensibilidad y complejidad. Fueron para mí como clases magistrales.

“Por otra parte este es un personaje que le hacía falta a mi carrera porque ya había pasado por una experiencia maravillosa con Noemí en las dos primeras temporadas de la serie Calendario, lo que me hizo ganarme el cariño del público y me dio mucho reconocimiento. Ya tenía la intención de poder enfrentarme a personajes de una madurez un poco más elevada, de una complejidad psicológica mayor.

“Aunque Damaris, en la evolución de la novela, todavía no ha podido mostrarse en todo su esplendor tiene un recorrido muy hermoso durante los 60 capítulos. Este es un trabajo muy rico, desde el punto de vista dramatúrgico. Lo mejor es estar pendiente y esperar, porque van a suceder muchas cosas.

“Fue un gran aprendizaje porque me hizo desarrollar mucha sensibilidad hacia los que hacen la radio en Cuba. Siento mucha admiración por esas personas que son muy trabajadoras, muy entregadas, muy apasionadas y creo que merecen un homenaje como el que les estamos haciendo en El derecho de soñar”.

Precisamente se cumplen en este 2023, 75 años del estreno de la radionovela El derecho de nacer que fue tan exitosa en su momento. Desde tu punto de vista, ¿cuánto puede aportarles a los espectadores llevar el mundo de la radio a un espacio tan popular y tan seguido en nuestro país como el de las telenovelas?

–Estoy muy pendiente de la recepción que ha tenido el proyecto en los espectadores. Sabemos que nuestro público, en su mayoría, consume muchas telenovelas: les gustan, las disfrutan y las comentan. Crean comunidades en las redes sociales para hablar del trabajo de los actores. Entonces creo que ha sido muy valioso que se le rinda un homenaje merecidísimo a la radio cubana.

“Además me he dado cuenta de que muchas personas mayores están disfrutando la telenovela porque, de una u otra manera, crecieron escuchando la radio. Quizás por la misma evolución de las tecnologías habían dejado un poco de lado la valía y la inmediatez de este medio y ahora están de nuevo reconectándose con el universo radial. Están teniendo la oportunidad de ver cómo es ese mundo por dentro, que ellos han escuchado, pero no han visto, y no tenían idea de cómo son las dinámicas al interior de una emisora radial, cómo son sus personajes y sus vidas.

“Los actores de la telenovela somos los representantes de esos miles de mujeres y hombres que trabajan sin descanso, desde muy temprano en la mañana, y que le ponen mucha pasión a lo que hacen”.

¿Cuáles nuevos proyectos profesionales te ocupan en estos momentos?

–Ahora mismo estoy tomándome el tiempo de disfrutar como una simple espectadora, los lunes, miércoles y viernes los capítulos de la telenovela. Aunque no voy a estar en la tercera temporada de Calendario siempre va a formar parte de mi vida. Es muy difícil separar esa conexión tan medular que tengo con la serie.

“Sigo los sábados en el espacio juvenil Una calle mil caminos y recientemente empecé a trabajar en la compañía Jazz Vilá Project. Estoy retomando mis andanzas por las artes escénicas en el teatro porque llevaba muchos años sin conectarme con ese mundo y estoy disfrutando mucho esta nueva etapa”, concluye Ingrid.