Festival y taller; fiesta y laboratorio

Luego de cumplir 30 años de existencia, Teatro de Las Estaciones conserva la lozanía y la frescura. Rubén Darío Salazar Taquechel, al frente de la agrupación que se empeña en mantener las tradiciones titiriteras con una visión renovadora; cuenta entre sus distinciones la de Premio de Juventudes de la Asociación Hermanos Saíz. Un compromiso que se asume con las nuevas generaciones y los convierte en referente para los que aman y defienden este arte, aun cuando los tiempos intenten subestimar el teatro de figuras. Mucho se ha escrito sobre la labor artística y de docencia de Las Estaciones, y yo, cual periodista curiosa; en el mes de mayo tuve la posibilidad de viajar a Matanzas y constatar lo que afirman los colegas que han reseñado el valioso trabajo desarrollado desde su creación en 1994. La Ciudad de los puentes, convertida en disímiles retablos con la imagen de Pelusín del Monte en varios de sus espacios, me recibió en medio de un incesante calor atmosférico siempre menor (por suerte) que el calor humano. Busqué a Rubén Darío, el inquieto, persistente, constante, disciplinado, comprometido con nuestras infancias y juventudes, el absoluto responsable de mi participación en el Festitaller Internacional de Títeres de Matanzas (FESTITIM), lugar que acoge hace 30 años al evento más antiguo de la isla y reúne a titiriteros de Cuba y el mundo. Debo confesar que me sentí halagada por formar parte de las mujeres que prestigiaron con su presencia ya que se les dedicaba la XV edición, denominándolas Flores titiriteras.

El Premio Nacional de Teatro me invitó a realizar un recorrido por las distintas sedes en esta nueva edición. En el camino me contó de los orígenes del Festitim. Su voz, más que autorizada; pues perteneció desde 1987 hasta 1999 al equipo que organizó la primera edición en el año 1994, como parte de Teatro Papalote, agrupación auspiciadora del evento.

  • Comenzó nombrándose Taller Internacional de Teatro de Títeres. El Consejo Provincial de las Artes Escénicas de Matanzas, se convertía en el órgano ejecutor de una idea que nació bajo el alma siempre inspirada del maestro René Fernández, al frente de Teatro Papalote.

Fue él quien le propuso su realización al entonces Ministro de Cultura Armando Hart, en pleno apogeo del llamado “Período especial”, y en medio de las acciones que se realizaban en Matanzas, que fungía como subsede del Congreso Mundial de la ASSITEJ (Asociación de Teatro para la Infancia y la Juventud), en 1993.

Tras los diez primeros años, en 2004, el evento dio un vuelco organizativo y comenzaron a ser reconocidas las instituciones que laboraban desde el propio arranque del Taller, en el núcleo generador de las principales tareas artísticas y logísticas (el Consejo Provincial de las Artes Escénicas, Teatro de Las Estaciones y la Galería El Retablo). Fue la sexta edición un parte aguas en la concepción creativa del evento, que a partir de ese momento dio un giro necesario en su ascendente evolución.

La primera parada: “Entre las candilejas y la carpa”, una ofrenda amorosa por los 25 años de Teatro Tuyo y los 30 de Teatro de Las Estaciones. La galería Esteban Chartrand, en la Casa Social de la UNEAC, fue testigo de las fotografías tomadas por Sonia Almaguer como muestra de la amistad que no conoce fronteras entre Ernesto Parra y Rubén. Este último no esconde la admiración por su clown preferido, el que hace que se desborde el brillo de sus ojitos chinos y expone lo lindo de esos dos seres, hacedores de sueños. Son la risa y la tristeza, las sombras y las luces, ellos, bajo los vestuarios de Búster y Chaplin, hacen notar que también nacieron para retar a la quietud. (Como se lee en una de las imágenes)  

“Recuento” dio la bienvenida en el emblemático Teatro Sauto. Fotografías del pasado Festitim en el lobby con las evidencias de lo ocurrido. Rostros que se repitieron este año para regalar su arte al público matancero y en el Salón de los espejos, en los altos, sesionó el taller “Metamorfosis” con la guía del mexicano José Luis Cruz. Los talleristas construyeron ejercicios que demostraron el manejo de la energía, la relación con la música basada en elementos percutivos y, aunque es un proceso que lleva tiempo, quedó demostrado que en nuestro país se cultiva el entrenamiento y sentido del cuerpo.

El Museo Farmacéutico y las galerías Jesús del Castillo, La vitrina y La unión, también recibieron exposiciones que dan fe de retrospectivas titiriteras de colectivos participantes. Simultáneamente funcionaron otros dos talleres para profesionales donde Rubén, consciente de mi formación como instructora de arte, insistió que debía ver. “Titiriturgia”, es el título que se le asignó al encuentro realizado con Reynado Disla, dominicano que llegó, entre otros roles, para acercar al pueblo mediante la escritura. Sus reflexiones giraron sobre la necesidad de tener el oído puesto en las personas, pasarlo por el dramaturgo y devolverlo convertido en obra literaria. El taller Mano a mano en la ACAA, devino en laboratorio para ahondar en la importancia que reviste conocer sobre “La estructura mecánica y articulación de los títeres”. Encabezado por la canadiense Mylene Leboeuf-Gagné, se aprovechó cada material dándole un nuevo uso y sentido.

Otros dos espacios de formación fueron los dirigidos a los aficionados “Títeres de fábula en Matanzas” (Centro Cultural Abraham Lincoln) y “Títeres corporales” (Centro Tecnológico Cultural Maisha) impartidos por los profesores Federico de Cauich y Liz Castro respectivamente, ambos de procedencia mexicana.  

Consideré momento oportuno de hablar de alcances, de alianzas… 

  • Importante esto… el evento se sumó a las carreteras de internet con una web informativa que abrió mucho más el diapasón de la cita matancera, a tono con los tiempos y a punto de dar otro salto de crecimiento, al acoger en 2010 el regreso de Cuba a las filas de la Unión Internacional de la Marioneta (Unima). El décimo Taller, en 2012, fue una gran fiesta. La comisión Unima Norteamérica desarrolló su reunión en nuestros predios, y eso significó que Cuba fuera nominada ese mismo año, en el Congreso Mundial de Unima, en China, para acoger el Consejo Mundial de esta organización en 2014. La Unima, el ALBA y el Consejo Nacional de las Artes Escénicas, se sumaron a los auspiciadores del evento, que a partir de esa edición comenzó a ser reconocido en el orbe como el Titim (Taller Internacional de Títeres de Matanzas).

En 2016, Unima Cuba toma fuerza en el evento, que comienza a realizar un resumen de debilidades y fortalezas, a tono con los matices sociales y económicos de Cuba y el mundo; lo cual no hizo peligrar la duodécima edición, pero si recibió el estremecimiento de una realidad cambiante e insegura. El 13 Titim de 2018, acogió las colaboraciones imprescindibles del Ministerio de Cultura de Cuba, el Gobierno Provincial de Matanzas, la Asociación Hermanos Saíz, el Teatro Sauto, la marca nacional para niños Gabi y Sofi, la comisión Unima 3 Américas y el Teatro SEA, de Puerto Rico/Nueva York. A esas alturas, el Titim ya había acobijado a más de 100 agrupaciones y personalidades de todos los continentes del planeta y precisaba urgentemente nuevos movimientos internos para sobrevivir sin perder la fuerza tras un cuarto de siglo de existencia.

Aprovechamos para beber una refrescante limonada en el patio Vagos rumores perteneciente a la Casa de la Memoria Escénica, que es desde el 2008 otra de las instituciones auspiciadoras de la fiesta de los muñecos. Esta vez sus espacios fueron ocupados por el Foro teórico Freddy Artiles, conferencias, paneles, y la presentación de obras al aire libre. Allí buscamos con el grupo de teatro Andante al ″Hada de las canciones″. Buena selección del lugar pues, guitarra, pandereta, claves y las voces de actrices y el joven actor bastaron para volver a la magia de las canciones y picarescos personajes de la música hecha por Teresita Fernández. Ni siquiera se notó la falta de fluído eléctrico, algo que quiso entorpecer el desarrollo del Festitaller;  pero se resolvió sin tener que suspender nada de lo planificado. 

  • Son los tiempos Yoa, nuestra realidad. ¿Nos vamos?

II

“Festival y taller, fiesta y laboratorio”

Retomo la plática con Rubén… Volvimos a la calle y nos sentamos en un banco del Parque de La Libertad donde recibieron “Un regalo gráfico para Las estaciones”. Me explica que fueron 8 carteles para festejar. Las salas Pepe Camejo, Papalote y El mirón cubano se prepararon para recibir las agrupaciones cubanas y foráneas. Me mencionó otros lugares cómplices del evento: la biblioteca Gener y del Monte, Café Teatro Biscuit, la sede de la AHS y la Sala de Conciertos White donde resaltó “Una tarde con Lecuona”. La música, la danza, la poesía y los diseños se complementaron en el significativo momento para entregar la Distinción Hermanos Camejo y Pepe Carril, (Idoya Otegui y Maribel López) el Premio de Dramaturgia femenina Reneé Potts (María Laura Germán por el libro Miss Drama) y los premios otorgados a Teatro de Las Estaciones como parte del Festival Internacional de Teatro Para la Infancia y la Juventud 2023 que convoca la Fundación Teatro Cúcara Mácara en República Dominicana.

Se sabe que en ese camino asumiste responsabilidades como director del Teatro Nacional de Guiñol y de la Unidad Docente Carucha Camejo, que, como es de suponer te ocupaban tiempo… ¿cómo llevar este evento internacional que de hecho implica una gran resposabilidad?

  • Sí, habían transcurrido 25 años de intensa labor y debido a la asunción de esas nuevas responsabilidades a las que haces referencia y otras tareas profesionales, le dije adiós tras finalizar la edición de 2018. Comentaba que fui fundador del evento, junto a René, Mercedes Fernández y el diseñador Zenén Calero, y tras el pedido del propio creador del Titim y del Consejo Provincial de las Artes Escénicas, como centro ejecutor de la logística del evento, regresé.

Este recuento nos lleva a pensar que en 30 años el evento ha tenido que renovarse, atemperarse al contexto…

  • Con la edición número 14, en 2022, comenzó otra etapa, acorde con la actualidad que vivimos. La nueva denominación es Festitaller Internacional de Títeres de Matanzas (Festitim). La terminología es la mezcla de festival y taller, de fiesta y laboratorio, que ese ha sido el sello en todos estos años de nuestra cita bienal.

Háblame de esos momentos especiales que sé reservas con los amigos…

  • En realidad, todos los momentos son especiales. Prohijar un evento como el Festitim en medio de las carencias materiales que tenemos, que no son espirituales, es un acto hermoso que el pueblo, los profesionales y los aficionados de Cuba y el mundo agradecen.

Este año de manera particular podría mencionar que llegaron novedades en la imagen y en la estructura interna de la organización del Festitaller, que se rigió por una Junta creadora y no por una jefatura o presidencia, como lo era en sus inicios. Doy las gracias a todos los que han trabajado durante estos años de manera concreta, solidaria y con un sentido colectivo. Esos son amigos. No he mencionado a Enid Rosales, Rita del Prado, Rochy Ameneiros, la Orquesta Faílde y Teatro Tuyo que nuevamente se sumaron al jolgorio que se dedicó a los 80 años del Maestro René Fernández Santana y a los 30 años de Teatro de Las Estaciones. Esos también son amigos. Doy así mismo las gracias a los que vendrán en el futuro. Imprescindible la entrega del Premio XIOMARA PALACIO al espectáculo que desde su historia promueve mejor la igualdad de género, intentando poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y las niñas, este fue un momento especial dedicado a las amigas.

En materia de asuntos culturales, recibir como hija una idea ajena hasta las últimas consecuencias, es acoger, patrocinar y protegerla de todas las influencias negativas e inoperantes, respetando siempre el origen, la esencia primera, la raíz. Un respeto que no tiene que ver con reverencias pomposas o inclinaciones vacías, sino con muchísimo trabajo y responsabilidad, en pos de un evento que va a la búsqueda de una marca sociocultural con veteranía y frescura.

El diálogo termina con quien tiene la enorme responsabilidad de la regiduría artística del FESTITIM. Comprendo que es hora de revisar lo pendiente, fue mucho el tiempo que me dedicó y agradecí.

Este artista es un soñador que impregna su don para crear, su voluntad para aunar, que exhorta a no sentarse a mirar, a reconocer los talentos, la empatía, que propone no cansarse, pensando siempre que el triunfo está en el próximo combate. Ahora se alista para convertirse en Don Pantalón, su personaje dentro de la obra Carnaval.

No me queda más que desear larga vida a Teatro de Las Estaciones, multiplicado en sus presentaciones en la escena nacional e internacional. Una agrupación que mantiene sus esencias como digna representante del arte titiritero y que conserva su vitalidad fortalecida con el vínculo que han sabido crear con otras agrupaciones e instituciones dentro y fuera de nuestro país. Las gracias a sus integrantes por aliarse a pintores, músicos, escritores, poetas, arquitectos, realizadores de cine, videos e investigadores para (parafraseando a Rubén) ″construir nuestra casa con mil ventanas cuya realización todavía no concluye. El día que casi concluya buscaremos agregarle un área nueva, un espacio infinito que torne siempre interminable la culminación de ese edificio llamado teatro″.

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