Mariela Flores: «Hemos encontrado otro camino para nuestro arte»

A solo dos años de fundado, el grupo Manane se ha ganado un puesto en el panorama musical cubano. Durante 2014 el conjunto se alzó con el premio Cubademo —auspiciado por la AHS— en la categoría de diseño; y con el Cuerda Viva en el apartado de mejor canción. En este tiempo, han mantenido un espacio fijo en el Café Miramar, de La Habana, con una frecuencia mensual.

«El público para el que tocamos suele ser muy fiel, es espectacular interactuar con ellos. Trabajamos para llevar nuestra música a muchas más personas, porque la mayor parte de la población no prefiere nuestros géneros», expresa Mariela Flores, vocalista de Manane, quien desde el pasado año se integró a la AHS.

¿Cómo le ha beneficiado al grupo asociarse a esta institución de jóvenes creadores?

«Parte de los éxitos obtenidos se lo debemos al trabajo con la Asociación. Nos recomendaron acercarnos porque aquí se ofrece ayuda a los proyectos de los jóvenes, y eso era precisamente lo que necesitábamos.
»Mantenemos un estrecho vínculo con la institución, para informarnos sobre los proyectos y becas de creación que nos interesen. También porque constituye un espacio de socialización con otros artistas noveles, donde podemos intercambiar y valorar otras experiencias.

»Hace unos meses presentamos a la Beca El Reino de Este Mundo un proyecto para producir el videoclip del tema “Algo más�, de nuestro repertorio, y resultamos ganadores; próximamente tendremos la grabación. Desde la AHS también nos han ayudado con promoción y con espacios que han puesto a nuestros servicios.

»Ahora que estoy dentro, pienso que me hubiese gustado integrarme mucho antes, pero no lo hice porque estaba enfocada en otros asuntos. Cuando uno comienza un grupo, debe trabajar mucho: estaba dedicada a los contratos con los músicos, las horas de ensayo, la preparación de los conciertos… No había pensado en las facilidades que me brindaría integrarme a la Asociación».

Mariela Flores posee una característica sui géneris dentro de los músicos cubanos, pues antes de comenzar sus estudios culturales, cursó la licenciatura en Biología en la Universidad de La Habana.

¿Cómo fue el tránsito de la carrera científica al mundo artístico?

«Normalmente, quien estudia Biología posee un gran amor por la naturaleza. Y he notado que a quienes les gusta la naturaleza cuentan con algún tipo de vínculo con el arte; usualmente la fotografía, la literatura, en mi caso fue la música… La observación la realicé entre mis compañeros de estudios en la universidad: se apreciaba una fina sensibilidad para la apreciación artística.

»Desde finales de la carrera, comencé a vincularme con el mundo cultural. Me gustaba mucho la ciencia y el arte, pero llegó el momento que tuve que definirme y elegí el canto. Pienso que para ser bueno en algo, debes dedicarle todo el tiempo. Si quisiera ejercer la biología, tendría que estar actualizándome constantemente sobre las últimas investigaciones y avances, lo que no me dejaría espacio para dedicarme a fondo a la música: vocalizar, ensayar, aprender los repertorios antiguos y modernos. Si proseguía realizando las dos cosas simultáneamente, difícilmente podría llegar a ser buena en alguna».

Mariela Flores, de verbo desinhibido y suelto, adelanta los proyectos en que trabaja Manane, y que, próximamente, podrían ofrecer una dimensión internacional a su arte.

«Ahora mismo conformamos un disco que grabaremos en enero con el bajista canadiense Jean François Martell, un músico de gran prestigio y experiencia en su país. Seleccionaremos 12 o 13 temas en conjunto para el álbum, que se llamará Manane-JF Martell.

»Aunque la producción se realizará de manera independiente, la grabación respetará los requerimientos técnicos de la industria internacional, por lo que podremos presentarlo en los diferentes circuitos de promoción y distribución artística a los que aspiramos. Comenzaremos con una gira promocional en Canadá, y en dependencia del éxito que tenga, podremos ampliarlo a otros lugares del mundo, que es nuestra intención».

Las producciones independientes se vuelven una alternativa cada vez más socorrida por los jóvenes creadores, ¿por qué?

«Las producciones independientes suelen convertirse en la única alternativa con que los músicos jóvenes pueden encaminar sus proyectos. Resulta muy difícil obtener un voto de confianza de las disqueras establecidas, porque ellos no apuestan por personas que todavía no conocen y no tienen el éxito asegurado.

»Muchos músicos no han podido sacar a la luz sus creaciones porque no encuentran a alguien que les produzca el disco. Una de las ayudas puede ser el festival Cubademo, en el que, si tu proyecto resulta ganador, obtienes la posibilidad de grabar con la disquera y obtener promoción, pero esto no es lo usual.

»Nosotros encontramos ese camino para realizar nuestro trabajo, porque lo que no puede ocurrir es que el músico se quede con su arte por dentro. Ahí es donde vienen las frustraciones. El creador no puede esperar a entrar en la lista de producción de las disqueras, porque puede ocurrir que nunca le llegue su turno».