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Presencia de los jóvenes intelectuales y artistas cubanos en el Décimo Congreso de la UJC

Doctor en Ciencias Históricas, egresado de la Universidad de La Habana en el año 2006, mi invitado de hoy, Elier Ramírez Cañedo, es un joven historiador que ha reflexionado e indagado en torno a temas de la nación cubana, las relaciones Cuba-Estados Unidos, y sucesos de la independencia de Nuestra América. Por estos días tiene el honor de representar a la juventud cubana en el Décimo Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).    

Elier, ¿qué importancia le concedes a la realización de este congreso en los momentos actuales?

Todos los congresos de la UJC han tenido una importancia extraordinaria, de acuerdo a la época en que se han realizado. A partir del anuncio del 17 de diciembre, los desafíos ideológicos y culturales de la nación cubana se han incrementado, de ahí su distinción con respecto a los anteriormente realizados. Por otro lado, es evidente que el cambio generacional en la dirección del país está próximo, algo que sabíamos con anterioridad, pero que ahora se puede apreciar como algo más cercano en el tiempo. Creo que ya es hora de dejar a un lado la frase «la juventud es el futuro de la Revolución», y comenzar a decir «la juventud es el presente de la nación cubana». Pienso que la mayor repercusión que puede tener el congreso acontece después de realizado, en la medida en que los puntos en él discutidos y los acuerdos tomados realmente se materialicen.

Elier, has sido por mucho tiempo secretario de un Comité de Base, en el espacio donde te desarrollas profesionalmente. Háblame de esa experiencia y de la utilidad del trabajo de tu Comité de Base.

Ahora mismo ya no estoy al frente de ese Comité de Base, después fui durante seis años secretario general del Comité UJC del Palacio de la Revolución. Empecé en la organización en año 1998, estando en la Escuela Vocacional Vladimir Ilich Lenin. En la Universidad fui el Ideológico en mi Comité de Base, junto a otras responsabilidades dentro de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU). Cuando empecé a trabajar como investigador tuve que asumir la responsabilidad de secretario general del Comité UJC del Palacio de la Revolución, que fue una experiencia muy importante en mi vida, porque pudimos hacer muchísimas cosas. El radio de acción de cada persona es limitado en comparación con todo lo que se puede hacer si uno se lo propone. Es cierto que a veces es difícil llevar adelante algunas ideas, pero siempre hay puertas que se abren si se tiene voluntad.

¿Qué retos tiene una organización como la UJC en la actual etapa y de cara a los años por venir?

Los retos son muchísimos. En primer lugar, “enamorar” no solo a los jóvenes militantes para que se sientan identificados con la UJC y vean en ella la vanguardia de la juventud cubana, si no llegar a los jóvenes no militantes, y que ellos vean en esta organización y en sus integrantes un ejemplo de vanguardia.  

En la convocatoria de este Congreso, se ha insistido en el rescate de la memoria como una garantía de preservación de las conquistas logradas por la Revolución para las generaciones venideras. Desde tu perfil de investigador e historiador has contribuido por más de dos años a fomentar el debate y la reflexión sobre temas de historia y valores patrios, en el espacio Dialogar, dialogar que llevas en el Pabellón Cuba hace más de dos años. Coméntame de esta experiencia y de la importancia que tiene este espacio de diálogo.

Alfredo Guevara, quien se dedicó sus últimos años a debatir constantemente con los jóvenes y a fomentar una cultura del debate, visitaba universidades y centros de trabajos donde mayormente hubiera jóvenes. Todos esos intercambios se reprodujeron después en un libro que lleva por título Dialogar, dialogar, material que recomiendo a todos por su extraordinario valor. Cuando Alfredo Guevara fallece pensamos que era necesario seguir esas ideas, y sería el mejor homenaje que podríamos hacerle desde la AHS. Comenzamos en el mes de mayo, hace ya dos años. Nuestro primer tema se tituló: “¿Es posible cambiar la mentalidad?” En ese encuentro estuvo Manuel Calviño y al viceministro de Cultura Fernando Rojas. Esa ocasión tuvo muy buena asistencia de público, a pesar de la lluvia, lo que ratificó la necesidad y el deseo que tienen muchos jóvenes de participar en este tipo de espacios.

Dialogar, dialogar ha tenido tanto impacto desde sus comienzos, que solo unos meses después de creado se convirtió además en un blog con cientos de seguidores, permitiendo la extensión del debate más allá del ámbito del Pabellón Cuba. Cuéntame sobre esa experiencia, y el modo en que ya tiene vida propia este espacio digital.

Cuando empezamos con el espacio físico nos quedamos un poco inconformes, en el sentido de que pensábamos que esas ideas no podían quedarse solamente entre los participantes de ese día. Era necesario multiplicar el impacto, socializar esos debates para implicar la mayor cantidad de jóvenes posible; sobre todo fuera de Cuba, por todo el manejo mediático contrario a la Revolución que afirma que en nuestro país no se hacen este tipo de debates ni se discuten los temas. Como lo evidencia Dialogar, dialogar, estos espacios sí se hacen, pero es necesario visualizarlos más, por eso lo hemos llevado al blog y a las redes sociales. Ese blog se conecta a Facebook y a Twitter directamente. Ahí vamos publicando y transcribiendo, que es una tarea muy difícil. Agradezco a las personas que me han ayudado en esa ardua labor, es muy difícil transcribir todas esas intervenciones. Después las colocamos en el blog y las publicamos además en distintos sitios digitales conocidos.

¿Cuántos retos ha significado para Elier tener la oportunidad de debatir con especialistas e intelectuales en ese espacio, y con el público joven asiduo al encuentro?      

Ha sido un gran desafío, porque hemos invitado a intelectuales de mucho prestigio, muy bien preparados en todas las temáticas que hemos llevado a discusión. Eso supone para mí una auto-preparación mensual, aunque soy el moderador tengo que prepararme para cada uno de los temas, porque no necesariamente coinciden con los que manejo en mi trabajo diario.

Como parte de las acciones de carácter cultural que han realizado las organizaciones del Décimo Congreso de la UJC, el espacio Dialogar, dialogar se convierte en un libro, bajo el sello editorial Abril. Háblame de qué contiene ese texto que podrán leer ahora miles de cubanos y cubanas.

Nuestro deseo era que estuviera para el Congreso, aunque también lo podemos ver como un resultado del mismo, porque la UJC y la AHS están también detrás de esta idea, apoyando esta iniciativa que es concentrar en un libro una selección de las intervenciones realizadas en el espacio Dialogar, dialogar.

Tuvimos que elegir de manera rigurosa, hubiéramos querido incluir las intervenciones del público asistente pero el libro ahora mismo tiene más de 400 páginas, por lo que hemos pensado preparar un segundo volumen. El libro debe salir a la luz en este 2015, lo hemos titulado: Hacia una cultura del debate en Cuba. Este formato permite aún mayor accesibilidad, porque sabemos que no todos los cubanos tienen Internet, aunque eso va camino a resolverse.

Este congreso juvenil, desde su convocatoria, ha estimulado el debate sobre temas que constituyen prioridad para la juventud y la sociedad cubana en general. Dentro de esos tópicos ha estado el llamado Consumo Cultural, que ha concitado la atención. ¿Por qué crees tú que es tan importante dedicar tiempo a debatir este tópico?

El reto mayor siempre está en nosotros mismos, en que sepamos crear sujetos críticos capaces de discernir entre todo aquello que pretende una manipulación, distinguir entre esa banalidad que invade casi todos los espacios y lo que es un producto emancipador, positivo para los valores que nosotros defendemos. La censura de esos productos culturales que nos invaden es imposible, llega por todas las vías y lo hará cada vez con mayor intensidad; a través de una memoria flash, de Internet, de un video, a través de miles de soportes y maneras. Nosotros tenemos que ofrecer alternativas a eso que nos invade pero al mismo tiempo, a largo alcance, crear un sujeto crítico. Eso se logra con la educación, pasa por los medios de comunicación, por lo que hagan nuestras organizaciones e instituciones a la hora de establecer la jerarquía y de influir positivamente en la creación de ese sujeto, que también debe tener un entrenamiento especial para el debate.

Hasta ahora hemos comentado de las posibilidades que tenemos los cubanos de salir airosos y ganar esta batalla, en pos de consumir un producto con mayor calidad cultural y audiovisual. Pero quisiera que habláramos de un tema que tuvo mucho significado en tu vida, se trata de tu participación en representación de la AHS en el Foro Civil paralelo a la Cumbre de las Américas que se desarrolló en Panamá. Coméntame esa experiencia.

Ese fue uno de los momentos más emocionantes que he vivido en mi vida. Tuve la oportunidad de estar en Mar del Plata en el 2005, cuando se “enterró” el ALCA, en aquella gran Cumbre de los pueblos donde se marchó por las calles de esa ciudad. Ahí estaban Maradona, Evo Morales (que no era presidente todavía), el estadio lleno de personas, Hugo Chávez: ese fue un momento muy intenso.

Esta experiencia se suma a aquella vivencia, sucedieron muchas cosas, ahora se está haciendo un documental para tratar de ilustrar lo que sucedió allí día por día. Fueron momentos de mucha tensión, pero la juventud cubana y la juventud comunista defendieron la causa de la Revolución, defendieron al pueblo cubano de todas esas agresiones de nuevo tipo que fueron enfrentadas ahí en Panamá.

Qué proyectos tienes como historiador ahora mismo?

Estoy trabajando en la fase final del libro que te comentaba, Hacia una cultura del debate en Cuba”, con una selección de las intervenciones realizadas en el espacio Dialogar, dialogar. Trabajo con mucha intensidad en esa labor para que salga lo antes posible. También preparo un libro que quiero terminar antes del mes de diciembre, que tiene que ver con el papel de los Estados Unidos frente a la primera independencia de América Latina y el Caribe. Es un volumen que tenía prácticamente terminado, pero recientemente encontré la correspondencia diplomática de los representantes de los Estados Unidos en los países que luchaban por la independencia en la etapa de 1790 a 1830.

Además, quiero hacer un volumen sobre las conversaciones Cuba-Estados Unidos que se dieron en la etapa de Gerald Ford y Jimmy Carter. Sería una selección de documentos, algunos consideran que este diálogo que está sucediendo actualmente entre ambos países es totalmente inédito, pero muchas cuestiones ya tuvieron lugar en el pasado, y nos dan una serie de lecciones y experiencias a tomar en cuenta. Aunque sí hay sucesos inéditos en la Historia, como ese encuentro entre el presidente Raúl Castro y el presidente Obama en la Cumbre de las Américas en Panamá.

Conductora: Giselle Fundora

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