En junio de 2021 se cumplen 60 años de los tres encuentros sostenidos por el Comandante en Jefe Fidel Castro y otros dirigentes del gobierno revolucionario, con artistas y escritores en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. Ese intercambio marcaría el inicio de una larga, continuada y ascendente relación entre las vanguardias política y artística en nuestro país.
Palabras a los intelectuales, como se conocería el discurso con que el líder revolucionario concluyó aquellos encuentros, se constituiría en la plataforma que establece los principios esenciales de la Política Cultural de la Revolución Cubana. La participación de la vanguardia artística y la democratización de la Cultura constituyen pilares esenciales de esta política, inaugurada a pocas semanas de la declaración del carácter socialista de la Revolución.
El Ministerio de Cultura y los creadores cubanos, han organizado un programa conmemorativo para celebrar los sesenta años de aquel acontecimiento. La participación de escritores, artistas y promotores culturales, el diálogo honesto y la crítica responsable, son los atributos principales del razonamiento que se quiere promover en torno a los desafíos actuales de la política cultural cubana. Este intercambio al que convocamos hoy, se extenderá durante los próximos meses y dará continuidad a las acciones que desarrolla el Ministerio de Cultura con el fin de perfeccionar su sistema institucional y articular el Programa Nacional de Desarrollo Cultural hasta el año 2030.
Fidel Castro durante el discurso conocido como «Palabras a los intelectuales», en la Biblioteca Nacional, el 30 de junio de 1961. Foto: Archivo del sitio Fidel Soldado de las Ideas.
Este abarcador programa será acompañado de una atractiva plataforma comunicacional. Las instituciones más representativas de nuestro amplio y diverso movimiento cultural enriquecerán este esfuerzo con acciones que movilicen al diálogo en diferentes sectores del país, incluidos la educación, la ciencia y los medios de comunicación. La UNEAC y la AHS también se suman al Ministerio de Cultura, mediante programas de actividades que festejan, de manera simultánea, sus 60 y 35 respectivos aniversarios.
Como parte de este programa, se promoverán espacios de intercambio, textos y audiovisuales que, desde una perspectiva histórica, dialogarán sobre los problemas actuales de la cultura cubana. Las redes sociales constituirán escenario fundamental de este intercambio constructivo, que concederá especial protagonismo a los jóvenes. Las nuevas generaciones de creadores, como aquellos de hace 60 años, tienen la palabra hoy para intercambiar sobre los desafíos de la cultura y abrir un nuevo ciclo de reflexiones colectivas que se pregunte, una vez más, de dónde venimos y hacia dónde vamos, en medio de las numerosas presiones e intentos desestabilizadores que asedian a la Nación.
Los jóvenes escritores, artistas y promotores culturales cubanos, con limpia voluntad creativa e irrenunciable compromiso y confianza en sus instituciones, sumarán su palabra a la de todas las generaciones que hoy se dan la mano en el concierto de la cultura cubana, por la transformación revolucionaria de la patria.
“Tienes la palabra” es el mensaje principal de esta conmemoración, que nos invita a volver a la frase final de las Palabras a los Intelectuales y a la plenitud de su espíritu para dialogar con disposición en la construcción cultural del presente y el futuro de la Nación.
Ante la provocación que tuvo lugar esta mañana frente al Ministerio de Cultura, el Secretariado de la UNEAC y la Dirección Nacional de la Asociación Hermanos Saíz rechazamos este nuevo intento de crear un show mediático en torno a un supuesto diferendo entre creadores e instituciones para dañar a la Revolución cubana.
Esto sucede en momentos en que, a pesar del grave rebrote de la pandemia de la Covid-19, continúan desarrollándose intercambios entre escritores, artistas y autoridades institucionales, con una agenda que se propone lograr mejores resultados en el campo de la promoción y de la gestión cultural. Nos consta la disposición permanente del sistema institucional de la cultura a dialogar con la intelectualidad y a buscar soluciones de conjunto para proteger la creación y mantener el acceso al arte como uno de los derechos conquistados por nuestro pueblo.
Queremos hacer público nuestro respaldo a la dirección del Ministerio de Cultura. No es posible aceptar las presiones de quienes se niegan a dialogar en un espacio de la institución, con el claro propósito de promover, a través de las redes y de los medios pagados por los Estados Unidos, una imagen de desestabilización en la vía pública.
A pocas horas del 28 de enero, fecha en que conmemoramos el aniversario 168 del nacimiento de Martí, evocamos el sentido ético y la vocación patriótica y antimperialista del Apóstol cuando expresó: “Para la Patria nos levantamos; es un crimen levantarse sobre ella.”
Cuando se dialoga con Yunier Riquenes es imposible no pensar en su gran proyecto de vida, Claustrofobias Promociones Literarias, y también en Naskicet Domínguez: juntos, estos dos creadores orquestan los propósitos y los sueños de Claustrofobias. Naskicet y Yunier son más que los hacedores de un proyecto que ha hecho mucho bien a la literatura cubana; ellos también han acompañado el camino de centenares de autores cubanos, de libros y lectores, y han mapeado la senda de la historiografía de la literatura nacional en los últimos años. Cuando se conversa con Yunier Riquenes se ha de recordar siempre que es un cuerpo que narra; un cuerpo en busca de cambios necesarios, porque la inmovilidad —en lenguaje artístico— es sinónimo de muerte.
cortesía del entrevistado
El concepto “joven promesa” comienza, cada vez más, a quedarse estrecho para muchos creadores. ¿Por qué se insiste, a nivel de país y de cultura, en calificar a los autores de menor edad como “jóvenes promesas” cuando muchos de ellos tienen una trayectoria tan importante como la de los autores más añejos? ¿Es preciso, tal vez, una revisitación de ese concepto, al menos una actualización que valore más la escritura de los creadores jóvenes con una obra sustentada en la calidad?
Error de concepto. Revisitar el concepto. Pero prefiero seguir creyendo en la obra. Hay muchas veces “supuestos consagrados” que han dejado muy poco. Casi nada que leer, ni reflexionar. Pero tuvieron cargos y eso les dio un concepto y reconocimientos. Ya salí de la AHS porque pasé los 35 años, pero me sigo sintiendo joven. Y hay notables artistas que sobrepasan los 50 que siguen en silencio con obra de calidad. Y algunos se mueren —ellos y su obra— en silencio. Prefiero no creer en las promesas; últimamente, “promesa” es una palabra que destierro, y lo que significa. Prefiero que más que promesas y revisitaciones, el creador joven o no, y su obra, se visibilicen y se promuevan. Sin promoción no hay arte, sin promoción no hay público, sin promoción no hay mercado. Sin promoción no hay existencia.
¿Qué define, más allá del rango biológico de una edad determinada, lo que es “literatura joven? ¿Es esta una etiqueta lo suficientemente sólida o cae en lo vacuo, lo repetitivo, que muchas veces es la norma a la hora de intentar “definir” un concepto artístico?
La literatura joven no la produce solo un joven de 20 años, la literatura joven es la que se renueva, la que trae fibra y estremece. La que conecta.
En el panorama literario cubano, ¿cuáles piensas son los asuntos más acuciantes que deben debatirse y que, de una forma u otra, podrían resultar de relevancia para el futuro escritural del país?
Debe haber diversidad, encuentros, eventos que muestren lo diverso que somos. Menos ruido y más resultados.
cortesía del entrevistado
Claustrofobias es un proyecto inmenso, que abarca campañas de promoción de autores, de libros, incluso de editoriales e instituciones. Es, además, un excelente ejemplo de cómo, desde el esfuerzo individual (en este caso, dual, entre Naskicet y tú) se pueden ofrecer alternativas promocionales con vistas a mostrar el talento creativo cubano. ¿Qué necesita aún Claustrofobias? ¿Qué apoyos o sinergias faltan todavía? ¿De qué manera piensas que este proyecto podría servir como una plataforma puntual para incentivar a instituciones y editoriales a emular desde el punto de vista de la promoción?
Claustrofobias Promociones Literarias sigue siendo un proyecto autofinanciado, y con el respaldo legal y monetario de la AHS de dos salarios ahora de 400 pesos, y respaldo legal de la UNEAC. Claustrofobias nació de la AHS, de jóvenes creadores que soñaron y lo siguen haciendo con el respeto al libro y a los autores cubanos. Claustrofobias ha sido y es una reinvención a la promoción literaria y cultural cubana. Nacimos y propusimos estrategias 2.0 hace unos años, cuando no había casi conexión. Ganamos un concurso nacional de trabajo comunitario con la experiencia de promover la lectura en la comunidad virtual cubana, pero esos aprendizajes interesan muy poco a quienes dirigen el mundo del libro en Cuba. Son nueve años. Y no han importado mucho estos aprendizajes. Claustrofobias está y sigue en Cuba marcando la vida literaria del país, de los jóvenes y consagrados, recordando los libros y autores que han sido historia y comienzan a vivir. En Claustrofobias se trabaja con base de datos, un poco de periodismo de datos y se reinventa la comunicación. Somos dos coordinadores que ponemos nuestros ingresos personales para seguir construyendo esta utopía. Se han realizado libros digitales, periódicos culturales, se guardan fotos, audios y videos desde hace años de escritores cubanos que ya han muerto. Para revisar la historia cultural y literaria de Cuba habrá que ir a nuestra multiplataforma, a nuestras publicaciones. ¿Que te diga lo que necesitamos? Nos queda claro que no nos van a apoyar más allá de una invitación a la Feria, y que nos prometerán algo, y ahí llegan las promesas. Claustrofobias es una resistencia al mundo del libro en Cuba. En 2020, en tiempos de Covid, no nos detuvimos y se mantuvo activa la multiplataforma, sugiriendo libros y lecturas para mantener la esperanza ante la pandemia. Muy pocos creen que solo somos dos coordinadores. Seguimos sin apoyo de Ministerios ni embajadas. Todavía no.
cortesía del entrevistado
¿El ejercicio de la promoción cultural podría o no emularse, así sea remotamente, con el de la crítica artística? ¿En Cuba se promociona intencionalmente, en base a criterios de calidad, o más bien a través de diversas coberturas o coyunturas culturales, como por ejemplo la entrega de un premio?
A veces los premios reconocen el talento porque el jurado falla teniendo en cuenta el talento. A veces fabrican algo o a alguien, inventan premios para repartirse. Pero lo verdadero, si vale, sigue. La promoción sigue siendo una asignatura pendiente, pero muchas veces no queremos aprenderla, porque la verdadera promoción muestra la esencia, el fondo.
¿Cuáles piensas son los principales desafíos para Cuba en el terreno promocional y también en el de la creación? ¿Qué estrategias discursivas y de valor de imagen pueden servir, según tu experiencia como promotor, para impulsar esos desafíos hacia un horizonte próximo de concreciones?
Lo primero es reconocer que el mundo cambió hace tiempo. Hay retos y desafíos y ahora no basta, siempre lo dice Naskicet, con tener la conexión ni los millones de pesos. Con poco se pueden arrastrar multitudes. Hay varios proyectos culturales que han demostrado valía, pero muchas veces eso no importa. Y, muchas veces, cuando miras acuerdos y congresos y eventos y cambian los ejecutivos, la historia comienza otra vez. Entonces no se puede avanzar hacia adelante.
La promoción cultural en nuestro país, ¿mapea nuestra realidad creativa o es solo un muestrario, una selección, de dicha realidad?
La promoción cultural que hacemos hoy en Cuba es poco atractiva. Maneja discursos y narrativas que poco atraen al público diverso y juvenil. ¿De dónde lo saqué? Tengo derecho a decir lo que pienso y siento en esa realidad en la que me muevo a diario. La promoción muestra muy poco la realidad y diversidad.
¿Cómo se conjuga el ejercicio creativo en tu función como promotor?
Escribo y promuevo todo el tiempo. Promover es un acto creativo. Hay que estudiar las formas de proponer y sugerir para las redes, la radio y la TV, y todo no se puede lograr. Pero uno debe encontrar el discurso, los personajes, la propuesta. La promoción cultural forma parte de mis estados creativos.
En los tiempos presentes se ha comprobado, quizás más que nunca, la necesidad del acceso a las redes sociales, no solo como una vía otra de interacción sino como un medio de comunicación de la realidad artística y del devenir cultural, ya no de una nación, sino del mundo entero, ¿nos incorporamos tardíamente a esa realidad?, ¿sientes que caminamos con desventaja?
Las redes sociales y la velocidad de la comunicación nos imponen a diario muchos retos, lo importante es tratar de usarlas como herramientas para construir y unir, y hay que conocer cuáles son los desafíos que traen, los datos que regalamos de nuestras intimidades y deseos. No es llegar tarde, es llegar y comprender a lo que hemos llegado. Y no podemos bajarnos de las nuevas tecnologías, hay que vivir con ellas. Aprendamos en cada jornada, seamos humildes.
¿De qué manera sientes que la AHS tuvo influencia en tu obra creativa? ¿Qué tal la salud de las instituciones culturales?
La AHS es parte de mi vida. Esa organización me tuvo más tiempo que mi propia familia. Miembro, jefe de sección, vicepresidente provincial en Santiago, el más votado en el congreso de 2013, miembro de la Dirección Nacional, estuve organizando dos congresos. No importa que mi nombre esté o no en reconocimientos ni distinciones. Me queda la alegría de ayudar a muchos jóvenes a revisar proyectos, promoverlos, a pronunciar sus nombres cuando nadie sabía de su existencia. Y eso es lo más valioso. No quiero nada. Me queda la alegría de conocer a muchos artistas jóvenes en toda Cuba que no son promesa, son realidad, y han dejado obras de teatro, literatura, fotografías. El arte salva. Aposté por los premios de la AHS y gané unos cuantos que atesoro con cariño. Aquellos años marcaron mi vida. Y sigo promoviendo a los jóvenes. La AHS que viví es como recordar a un miembro amado de tu familia, que puede estar vivo, o morir.
De las instituciones culturales solo quiero apuntar que existen si existe el arte, la cultura y los artistas, si no, como se dijo en aquel Congreso de la organización en 2013, quedarán disponibles.
cortesía del entrevistado
Siempre he notado en tu narrativa, incluso en tu poesía, una intencionalidad de mostrar la escarificación de lo real y también sus matices, ¿cómo se ha construido o formado el escritor que eres? ¿De qué manera defines la creación?
Escribo sobre lo que me mueve, la realidad que me toca. El escritor que soy surgió por eso, para darles voz a otros, eso se repite. Muchas veces la gente viene a contar sus historias y comprendes cuando no puedes dormir que te lo han contado para escribirlo. Antes en la literatura, ahora también con el Periodismo. Desde hace unos años, el Periodismo y yo conspiramos en cada jornada, la literatura de No ficción. La creación es una bomba de tiempo en mí, es una granada adentro que no busca quedar bien. Estalla.
La escritura, si bien el oficio más solitario del mundo (¿estás de acuerdo con esa definición?) es también uno de los oficios que más acompaña a los otros. ¿Cuál de tus libros te gustaría que acompañara a ese lector anónimo, a ese rostro desconocido, que ansía leerte, quizás sin conocer incluso que existes?
La escritura, aunque necesite soledad, es como la granada: estalla.
Si a alguien para reinventarse, resistir, seguir, sonreír, masturbarse, prender fuego, le interesa un libro, un poema, una frase, un post, un cuento, un verso, una novela, una entrevista mía, pues basta.
Cuando se habla de Yunier Riquenes, cuando se menciona tu nombre, se habla del promotor, del poeta, del narrador, de quien escribe libros para niños y jóvenes, ¿cuál de estas aristas sientes que se integra en el núcleo del creador que eres?
El sello literario de Cienfuegos “Reina del Mar Editores”, perteneciente a la Asociación Hermanos Saiz, convoca a la primera edición del premio nacional de narrativa para niños. En el concurso podrán participar escritores menores de 36 años, residentes en Cuba, miembros de la UNEAC o la AHS.
En esta oportunidad el volumen o proyecto de libro tendrá características diferentes y será entregado de una manera habitual por estos días, pues el formato digital cumplirá con las bases de la convocatoria.
Se puede concursar con un texto de Narrativa para niños, ya sea en los géneros noveleta o cuento y el mismo puede tener una extensión de hasta 95 cuartillas, incluyendo ilustraciones.
Es esta la primera ocasión que Reina del Mar editores dedica su principal certamen a la literatura infantil, como reconocimiento también a la fuerza de esta categoría en el territorio sureño.
La convocatoria cierra en el mes de octubre, fecha en la que la comisión de admisión sesionará para dar a conocer los 5 mejores volúmenes presentados.
El sello editorial de los jóvenes escritores cienfuegueros, celebra con este premio el aniversario 23 de su fundación. Más de una década impulsando la literatura, siempre desde textos audaces e innovadores.
En él habita un duende, quizás el más travieso. Anda por ahí provisto de valentías y pasiones, algunas cohibidas, otras desbordadas. A Dayron Chang Arranz, el comunicador y la persona, solo le importa amar, estremecer, descubrir, trascender; se niega a lo fútil.
Periodista, realizador, locutor y declamador, Dayronbusca asir el alma de las cosas. No sabe hacerlo de otro modo. Lleva el peso de actuar y pensar de esa forma desde muy joven, por eso lee mucho, investiga, cuestiona y crea. Busca así traspasar el peligroso manto de la superficialidad y el acomodamiento. Se aleja de los lugares sin espíritu pero no se niega a las experiencias que le acerquen lo más posible al encuentro total con la vida.
El arte y la historia lo acunan en sus atrevimientos y son su pase de entrada al mundo intelectual cubano. En su corta carrera ya le conocen en festivales, concursos y premios de diversa índole, sin embargo, es en las historias de los otros, en el abrazo de sus paradigmas y en el guiño sensible de los amigos donde atesora sus logros. Aunque no les huye a los desafíos sabe poner cautela ante lo inmenso, por eso llegó algo asustadizo y escéptico al concurso Caracol para cosechar luego el reconocimiento de noveles y consagrados. Sobre los derroteros del evento y la participación de los jóvenes realizadores accedió a conversar con nuestro sitio.
Dayron Chang entrevistado en los estudios de Radio Siboney por el periodista y escritor Reinaldo Cedeño Pineda/ cortesía del entrevistado.
—Quizás seas uno de los pocos afiliados de la AHS o de los jóvenes realizadores del oriente del país que ha sido premiado en el Caracol en dos de las áreas en concurso: Radio y Televisión. Cuéntame cuáles fueron las obras con las que resultaste ganador, su origen, características y otros detalles de tu participación.
—Llegar a obtener ese resultado en dos medios como la radio y la televisión, cada una con sus riquezas particulares, no fue para nada una meta. Más bien tiene que ver con mis inquietudes y propósitos, como persona y profesional, de socializar con los demás aquellos saberes que por azar o por intención llegan a mis manos. Al final, eso es lo mejor: el descubrimiento.
Un primer paso lo di con los sonidos, en medio del desafío que implicó reconstruir completamente la historia de la única gran cadena de radio que tuvo su epicentro fuera de la capital antes del Triunfo de la Revolución. Como parte del ejercicio de mi tesis de pregrado en la Licenciatura de Periodismo surgió la serie radiodocumental Sonidos de Ciudaden el año 2013.
Durante una de las transmisiones vía streaming del Festival del Caribe/ cortesía del entrevistado.
Conocí entonces lo que para un joven del este del país pudiera y aún puede parecer distante, tanto geográfica como generacionalmente, el Premio Caracol. En aquel momento obtuve el lauro en dirección de radio con esa investigación que rescataba de la desmemoria el vínculo de la CMKW Cadena Oriental de Radio con acontecimientos de impacto de la cultura nacional y con personalidades como Luis Carbonell, Celina González, Ibrahim Apud, Yolanda Pujols, Salvador Wood, entre otros.
Resultaba casi impensable la posibilidad de ganar, aunque conocía de algunos casos ya premiados con similares edades, en entornos más cercanos a la capital. No obstante, hay que reconocer que no es lo cotidiano. Y decidí aventurarme porque creía en todo aquello que defendía y poseía el material. Cuando vine a ver era un recién graduado con un Caracol en sus manos y comencé a cambiar mi percepción sobre el premio.
En el caso de la televisión competí con la obra Historias entre montañas desde la cual se hace un análisis sobre la rebeldía del cubano. Esta mereció el premio del jurado en las categorías de dirección y guion de programas educativos e históricos. Había pasado ya un tiempo desde la sorpresa de Sonidos de Ciudad, pero para un joven el Caracol siempre es un impulso pues representa la posibilidad de medirte con realizadores a nivel nacional, unos menos conocidos, otros de renombrada trayectoria, pero todos al final creadores que entregan algo de sí en cada obra y que por diversos motivos apuestan por el Caracol. Siento que la intención, más que el acto de ganar, es ver cómo algunos ven y sueñan a Cuba desde el audiovisual. A eso debería aferrarse el concurso.
—Desde hace unos años se ha ido ampliando el número de categorías a premiar en el Festival Caracol. ¿Consideras que esto es beneficioso o no para la calidad y prestigio del evento?
Dayron Chang junto a la cineasta Lourdes de los Santos, presidenta de la sección de Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Uneac, tras la premiación del concurso Caracol en el año 2019/ cortesía del entrevistado.
—La calidad del evento se sustenta en demasiados pilares como para pensar que ampliar el número de categorías pudiera mellar en algún sentido su prestigio. Si bien es necesario respetar esencias y tradiciones dentro de cualquier concurso, también es menester repensarlo en cada tiempo porque la radio, el cine y la televisión evolucionan a la par de la tecnología, los creadores, las estéticas, los soportes… Por tanto, resultará beneficioso en la medida en que el comité organizador y todos aquellos que estén detrás del certamen estudien, antes de elaborar cada convocatoria, esas tendencias para saber qué debe permanecer, qué debe modificarse o qué añadir. Si no se piensa con esa profundidad y entrega podría ser funesto.
El Caracol no se puede permitir lo superfluo o lo improvisado. Estamos hablando de un concurso que por años ha formado parte de la vida cultural y creativa de los realizadores cubanos, que ha sido medidor de la creación a lo largo y ancho del país, que ha legitimado anualmente con sus premios tanto a obras como artistas, y eso es una gran responsabilidad.
Mantener esa exigencia; abrirse cada vez más a nuevas formas; pensarlo sin la etiqueta de las edades como es mi experiencia; expandirlo para que siga siendo plataforma de diálogo entre realizadores; premiar con rigurosidad y respeto… Ahí están los pilares que no deberían faltarle para ser un concurso siempre actualizado.
—Varios realizadores y miembros de la Uneac han planteado en distintos espacios gremiales la necesidad de crear un jurado de admisión como un primer filtro para que resulten nominadas las obras de mayor calidad. ¿Qué opinas al respecto?
—Podría decirte que soy de los que está de acuerdo con una idea como la que plantean algunos de mis colegas realizadores, pero lo valoro como una decisión circunstancial. No todos los días se concursa en un evento como el Caracol, no haces cotidianamente una obra que crees merecedora de competir. Al concurso no se envía lo común, sino lo que cada cual considera que sobresale entre todo aquello que ha producido. Por eso digo que el jurado de admisión es algo circunstancial.
El primer jurado debería ser uno mismo. No se trata de autolimitarse, pero sí de saber con claridad y autocrítica cuando se ha elaborado un producto que sobresale. Si no se nos va un pedazo de nuestra alma en el arte que hacemos entonces algo le falta. Cada quien sabe cuánto le ponen a su obra; lo que si no puede pasar es que por participar enviemos aquello que no cumpla con las expectativas del evento. Aun así, tener un jurado de admisión permitiría que llegara lo más depurado a manos del jurado que cada edición prestigia el Caracol. Es una decisión que exige respeto y cuidado.
Dayron Chang junto al Presidente de Honor de la Uneac, el intelectual Miguel Barnet/ cortesía del entrevistado.
—Muchos realizadores jóvenes hoy buscan fuente de financiamiento o auspicio para sus proyectos fuera de los circuitos institucionales ¿Crees que esta situación podría afectar su relación con el concurso Caracol o no?
—La creación audiovisual está buscando actualmente nuevos mecanismos para organizar procesos que durante largo tiempo han permanecido dispersos y sin dirección en este universo, todavía con grietas y dudas. El Registro del Creador, liderado por la Uneac, el Icaic, el Icrt y otras expresiones de nuestra institucionalidad es una muestra de ese intento del cual hay que seguir aprendiendo porque aún no conocemos todo aquello que ofrece o facilita en cuanto a organización, legitimidad, representación, financiamiento, etc.
Siempre he pensado que por encima de todo importa la creación y eso no tiene por qué entrar en conflicto o afectar el sentido de convocatoria del concurso Caracol. El certamen tiene esencias que ha defendido por años y no creo que la forma en la que se logre financiar o auspiciar la obra, mientras se respete la legalidad, deba entrar en disputa con esas esencias.
Viéndolo como un joven realizador, creo que mientras sea una obra de calidad, con estimables valores estéticos, no hay nada que pueda entrar en conflicto. Son tiempos de abrirse a los discursos que cobran fuerza en diversas partes de la Isla porque juntos contribuimos a esa obra coral que es la cultura. Con el acto de rechazar lo “no institucional” podríamos omitir una parte importante de lo que somos y decimos. El concurso y evento teórico del Caracol deber ser ese espacio de creación y discusión libre donde se exhiba aquello que con calidad se hace en materia de realización audiovisual.
—Podría pensarse que siendo un certamen convocado por la sección de Cine, Radio y TV de la Uneac este sea un espacio solo al alcance de consagrados artistas. ¿Por qué piensas que los jóvenes realizadores debían participar en el concurso y sesiones teóricas del premio Caracol?
—Creo ser un ejemplo, entre muchos otros que conozco en varias provincias del país, de que el Caracol no es un espacio elitista solo para consagrados. Pudiera plantearse sumar a más jóvenes, o “salirse” de La Habana en todo el sentido de la palabra, aunque también podrían ser los jóvenes quienes se atrevan, arriesguen, experimenten o propicien el diálogo.
Por otra parte, los tres días del espacio teórico han demostrado ser insuficientes; en la presente edición la crisis generada por la pandemia de la COVID-19 ha encauzado como nueva vía de socialización las plataformas digitales, experiencia que debería replicarse en los próximos años para que quienes consumen nuestras obras también formen parte de lo que antes se analizaba entre paredes. Pensar un caracol en los móviles, en tablets o un PC, debatir o polemizar con el público desde Instagram, Facebook, iVoox, entre otros soportes, en torno a lo que un jurado decidió que era lo mejor. Hacia ahí debe andar el Caracol, en la búsqueda de un camino que le acerque a los nuevos tiempos.
Siempre he creído en la continuidad. El diálogo generacional que se genera, en ocasiones, entre los pocos realizadores jóvenes y los más experimentados podría ser la piedra filosofal de esa continuidad y esa ruptura que le son inherentes al arte. Pero no lo podemos saber si no vemos al otro, si no escuchamos como lo ven los demás, si no somos capaces de ver más allá de lo que tenemos conceptualizado. ¿Cómo crecer sin interactuar? Por tanto, el Caracol debe buscar vías para crecer. No es malo que aúpe a los consagrados, —son imprescindibles—, lo que importa es que siempre encuentre una manera de ser abierto a todo lo que con calidad se haga en Cuba, porque es la única manera de perpetuarse y sobrevivir. Mi consejo a los jóvenes como yo: atrévanse, quién sabe si mañana ustedes sean los consagrados.
Varias series televisivas y coberturas periodísticas han probado el talento del joven realizador Dayron Chang./ cortesía del entrevistado.
—¿Cómo podría contribuir la AHS a que los noveles realizadores se enfrenten a certámenes como el Caracol mejor cualificados o con más posibilidades de éxito?
—La AHS no deberá carecer jamás de agudeza en sus proyecciones. En esa habilidad se sustentará su vocación para integrar, escoger, consolidar y perpetuar aquello que se quiere definir como lo mejor del arte joven. Sería iluso no pensar que lo mejor puede que también siga allá fuera. Eso le impone a la organización un espíritu de búsqueda, renovación, de contacto y apertura, que se equipare al ritmo de la creación misma; que jamás niegue la esencia de libertad que hay en el arte y el artista; y que sepa andar con los tiempos.
No le debe faltar instinto para esto —al fin y al cabo el arte tiene un poco de ese impulso natural—, pero mejor que se sustente en un pensamiento y una estrategia. Hablamos de una organización de conceptos y filosofías de vida que concomitan para dialogar, que se juntan para hacer crecer al ser humano.
Varias series televisivas y coberturas periodísticas han probado el talento del joven realizador Dayron Chang./ cortesía del entrevistado.
No es solo el artista lo que se elige. También se elige una historia, una leyenda individual, con principios y visiones del mundo que deberán encontrar en la organización vías para crecer, polemizar, revolucionar, aportar a una construcción coral más determinante que es la cultura cubana.
La AHS tiene que ser ese espacio para aprender a escuchar al de al lado, para analizar a Cuba no solo desde mi rincón vital y cercano, sino para entenderla en su profundidad a través del otro. Y qué suerte es tener un lugar de reunión, para ver nuestro arte en contexto, para saber que lo que nace en la individualidad, en el encierro de un taller; en un estudio de grabación, en el tabloncillo de un teatro, en un parque cualquiera de la isla, adquiere mayor sentido cuando interactúa con la realidad que le da vida. Y no es solo el cuadro, la coreografía danzaria, el nuevo libro, la película, es cada una de esas chispas dispersas hallando su verdadera razón cuando moviliza, contradice, embellece, cambia y enriquece lo espiritual y lo físico del entorno local, nacional y universal.
Hay una responsabilidad sobre los hombros de la AHS. Y en ello está en juego la herencia de una creación artística y una obra intelectual que nos trasciende y de la que sabremos o no si queremos o somos merecedores de formar parte. Siempre he creído que todo artista debe ser conocedor de sus raíces, y a partir de ellas trazarse propósitos nuevos. La organización debe prepararnos para momentos así, para circunstancias donde hay que tomar decisiones, para opinar en función de crecer y no de degradar, para madurar en ideas que nos lleven a concursos como el Caracol con obras y discursos que nutran a la nación. Y eso no es el logro de un día. Ese es el camino que deberá estar sembrando siempre la AHS; para ser esa coordenada en la que quieran encontrarse los jóvenes que sueñan y piensan a Cuba desde su arte, ya sea para continuidad y/o cambio.
La Asociación Hermanos Saíz felicita a todos los miembros de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) por el aniversario 59 de esa organización, que se cumple este 22 de agosto en un contexto de numerosos retos más allá de la cultura.
Le enviamos un abrazo especial a nuestros miembros de Honor, Maestros de Juventudes y también a los integrantes de la AHS que ya pertenecen a esa organización, creada semanas después del trascendental intercambio del Líder Histórico de la Revolución Fidel Castro con intelectuales en junio de 1961.
Continuaremos trabajando de manera conjunta con la UNEAC por el bien de la cultura, con la capacidad de alertar, impulsar y hacer como un equipo grande a favor de los sueños y la belleza como nación. Los acuerdos y líneas de trabajo emanados de nuestros congresos tienen muchos puntos de contactos, que seguirán necesitando la inteligencia y el esfuerzo colectivos
La complejidad de los desafíos actuales requiere la alianza entre escritores, artistas e intelectuales jóvenes y de más experiencia, entre la vanguardia creativa del país, que deberá priorizar siempre la literatura y el arte como partes esenciales del alma de Cuba.
Nuestro abrazo sincero
Presidencia Nacional de la Asociación Hermanos Saíz
“Sintomáticos”, el título de la exposición colectiva de 11 artistas visuales afiliados a la sede de la UNEAC en Cienfuegos, parece —además de una genialidad— una provocación. Y si bien el arte no es necesariamente un acto de provocación, al menos debe tener cierta dosis.
En el caso de la exposición colectiva “Sintomáticos”, que permanecerá en la galería Mateo Torriente desde el 16 de julio hasta el 31 agosto de 2020, la provocación está presente y no solo en el título: ahí está por ejemplo esa obra tan caricaturesca de Julio Ferrer, en la que unas maracas con forma de nuevo coronavirus aluden a la manera en que empezamos a ser, todos, poco más que un montón de potenciales sintomáticos.
“El arte es como un virus que enferma sigiloso a sus actores y el mejor antídoto es la consumación de la obra. Los nuevos tiempos exigen puntos de vista también novedosos en la creación artística, intentando que esta nos sirva como terapia, cura salvación”, escribe en el catálogo Adrián Rumbaut, participante y curador de la exposición colectiva, quien accede a responderme algunas preguntas.
obra de Juan Karlos Echeverría
¿Quiénes participan en la exposición?
Son nueve artistas que viven en Cienfuegos (Annia Alonso, Néstor Vega, Juan Karlos Echeverría, Ández, Alfredo Sánchez, Vladimir Rodríguez, Camilo Villalvilla y el propio Adrián Rumbaut); y tres, que son miembros de la Uneac pero en este momento se encuentran en otros países: Alemania (Pavel Miguel), Canadá (Julio Ferrer) y México (Yanet Martínez).
¿Cómo se hizo la selección?
Yo que era el curador comencé a indagar y empecé a ver cosas en las redes y a determinar lo que me interesaba y lo que no. Me pasó que no había visto lo que había hecho Yanet, la que está en México. Entonces le pasé un mensaje para pedirle que me actualizara. Y, al ver sus obras, le contesté: “se presta”. Casi todo se armó por vía digital.
Entonces hay una obra de Juan Karlos Echeverría que se llama “Sintomáticos”. Esa obra él la hizo como en abril. Como pensé que nos hacía falta un título tan fuerte como la circunstancia, tomé el de Echeverría para, además, hacer una metáfora entre la verdadera sanación que puede provocar una vacuna real, y la sanación que puede provocar la creación artística.
Adrián Rumbaut (Foto de Autor)
Y también es como una manera de reflejar ese impulso creativo que el aislamiento (voluntario o involuntario) provoca en algunos artistas…
Yo creo que hoy, una vez finalizado el aislamiento, aún no sabemos lo que está realmente dentro de nosotros. El tiempo es quien lo va a decir. Al principio, los humoristas gráficos invadieron las redes. Ellos son la proa de los creadores: tienen más que ver con la parte instantánea. Pero después vienen otros creadores que necesitan un tiempo más prolongado para realizar su obra. Incluso, hay algunos que no se dan cuenta hasta que llega un momento de sus vidas donde “explotan”. Aquí en la exposición colectiva hay un poco de todo eso.
¿Las obras tienen que ver de manera directa con la Covid-19?
Hay algunas que aparentemente no tienen nada que ver. Pero tú ves, por ejemplo, las piezas de Camilo Villalvilla, que son cuatro dibujos sin ningún tipo de tratamiento intencional a la temática, y encuentras aislamiento, confinamiento, posibilidades contenidas.
Tu obra que se mantiene en la misma línea gráfica de la imagen del Che y Marilyn, pero…
Lo novedoso está en que yo siempre había trabajado esa imagen en la pintura, en el dibujo y la fotografía, pero nunca la había trabajado con sellos de correo. Y el sello de correo es la comunicación. Bueno, tu generación no es de escribir cartas, pero yo cuando joven escribía muchas cartas. Y el sello es como la garantía de que eso vino de otro lugar. Son sellos reales, por cierto. Calados, unidos. Es un trabajo gráfico y artesanal.
Como conclusión de la cuarentena y de la exposición colectiva, ¿se puede decir que un artista tiene mayor facilidad para enfrentar el aislamiento?
Yo creo que sí, compadre. Creo que un… No me gusta utilizar la palabra intelectual. Creo que un creador puede sobrevivir mejor a circunstancias de este tipo. Yo necesito estar aislado para trabajar, por ejemplo. Pero en este caso también aproveché para dormir, para estar con mi familia. Si a mí me preguntaran por las ventajas del aislamiento, las tres que yo recuerdo son: estar cerca de mis hijas más tiempo que nunca, descansar lo que no había descansado en décadas y probarme como un elemento imprescindible en la familia, quien es responsable, además, de la salud de sus padres y abuelos.
La Unión de Escritores y Artistas de Las Tunas, en coordinación con la Dirección Provincial de Cultura, la Editorial Sanlope, el Centro Provincial del Libro y la Literatura, la Casa Iberoamericana de la Décima en Las Tunas, convocan a la edición 31 del Catauro de la Décima 2020 (por vez primera online) en la edición 53 de la Jornada Cucalambeana.
Para ello convocamos a la participación de los creadores de la décima escrita y cantada de Hispanoamérica:
─Mensajes culturales de escritores premios Cucalambé.
─Mensajes culturales de los grupos más importantes que cultivan la décima en Cuba: «Ala décima» de la Habana, «Espinel Cucalambé» de Puerto Padre, «Décima al Filo» de Guáimaro, «Yarey Sonoro» de Velasco, «Escritores Rurales» de Colombia, Las Tunas, «Toda luz y toda mía» de Sancti Spiritus, «El club del Poste» de Villa Clara y «Viajera peninsular» de Camagüey. Así como de las casas de la décima del país.
─ Décimas de los creadores que aborden la añoranza por el Cornito, el tema de la cubanía, el campo y su gente.
Los autores podrán participar con una décima octosílaba de tema libre. Los trabajos deberán venir acompañados de los siguientes datos:
Nombre y apellidos del autor.
Teléfonos (obligatorio)
Breve curriculum (incluir foto)
Las obras deberán ser enviadas en diversos formatos: documento de texto formato Word, audio o vídeo; se recibirán hasta el día 20 de junio y podrán ser enviados a las siguientes direcciones: cucalambeana2020@gmail.com y a: presidencia.tun@uneac.co.cu con el asunto: Catauro Uneac
Las obras serán publicadas el día 30 de junio, a las 10:00 am, en el perfil de Facebook: Cucalambeana 2020, donde podrá visualizarse el contenido y aportar comentarios.
Para mayor información puede consultar a:
Dirección Provincial de Cultura, J’ Relaciones Internacionales Yanetsis Ramírez León.
El Consejo Editorial de La Gaceta de Cuba, con el auspicio de la Corporación de Arte y Poesía Prometeo, convoca al XXV Premio de Poesía La Gaceta de Cuba.
Podrán participar los escritores y artistas cubanos, residentes en el país, sean miembros o no de la UNEAC, y sin límite de edad.
Igualmente, se concursará con uno o varios poemas de tema libre, cuya extensión no exceda los doscientos versos.
Las obras deberán ser totalmente inéditas, no tener compromiso de publicación, ni estar concursando en otro certamen.
Podrán ser enviadas por correo electrónico, en formato Word o PDF, a la dirección arturango@gmail.com, acompañadas de los datos del autor.
Los trabajos se recibirán hasta el lunes 18 de mayo del 2020.
El fallo del jurado se dará a conocer en junio del 2020.
La Sala Teatro quedó a oscuras. Cada cual se iluminó con lo que pudo. Del vientre mismo del lugar salía una voz que pareció petrificarnos. Era una noche de bohemia santiaguera en el otrora sitio del Café-Teatro Macubá y con su interpretación, Zulema Iglesias nos había llevado por el mundo.