trovador
Roly Berrío y sus moscas de fuego
Roly es un empedernido romántico. Ni él mismo debe saber con qué acordes toca lo ue toca. Las manos, como desentendidas del cuerpo, se tragan la guitarra en los cuatro o cinco minutos que hace durar una canción. Como él dice, y anda «rompiendo todos los códigos». Su guitarrofilia es lo más erótico que la música santaclareña ha visto.
No por gusto es uno de los favoritos de los trovuntienfermos. Su novia Caridad, cual canción a temporal, ha acompañado las historias uniformadas de cuanto adolescente ha sido «mitad de amor voraz». Su risa descarada es el punto final de las mejunjadas de jueves y su energía ratifica aquella leyenda cubana de que «20 años no es nada».
«Es un tipo sexy» se comenta en las gradas mientras Roly pone a gozar la guitarra. Y es que él no necesita mucho, su boca musicaliza los ruidos y sus habituales coros camuflados en canciones ajenas se extrañan sobremanera cuando no están.
Las últimas veces que lo he visto tocar no ha faltado el grito público de «Moscas de fuegooooo». Él sonríe, se pasa la mano por la frente para disimular el sudor y empieza:
A tus ojos me quiero lanzar,
un río profundo hay en tu mirar.
Se me quitan los miedos de amar,
tu pelo parece flotar.
Llévame a la deriva,
quiero hacer lo que me pidas.
Tú me enciendes la vida, tú me enciendes el alma,
me tienes virá toda la balanza.
Estoy echando chispas, por tu amor me quemo,
mira como vuelan mis moscas de fuego…
Este 14 de febrero Roly nos regala su más reciente videoclip. Moscas de fuego, que es, además, el nombre de su próximo DVD, bajo el sello discográfico Colibrí y con producción musical de Alain Pérez.
Según la Asociación Hermanos Saíz en Villa Clara: «El DVD tiene 14 canciones, todas compuestas por Roly Berrío, quién interpreta dos solo a guitarra y voz, y en las 12 restantes está acompañado por la banda formada por Dayron Oney a la trompeta, Andy García a los teclados, Rainer Pérez al bajo eléctrico y Roberto Vizcaíno a la percusión. Este domingo vamos a estrenar como avance del DVD el vídeo de este tema en el canal de YouTube https://www.youtube.com/c/RolyBerríocanaloficial. La realización audiovisual estuvo a cargo de Igor Studio (Barcelona). La mezcla la hizo Sebastián Perkal (Buenos Aires) y el mastering, Nick Litwick en Mastering Manson Madrid».
El trovador de los rizos sigue haciendo de la suyas, en cualquier momento «va a coger candela la estación de bomberos». Roly, guitarra en mano, se reinventa segundo a segundo para que nunca una canción vuelva a ser igual que otra, para enredarnos en la trilogía de su amor. A día de hoy, solo salen de él… Canciones.
34 años conquistando el arte
La Asociación Hermanos Saíz está de cumpleaños. Decir 34 años nunca será un simple número, pues a lo largo de estas tres décadas la filial principeña ha moldeado un estereotipo del joven creador que sigue siendo referente en Cuba por la voluntad y el arrojo de cientos de jóvenes que hacen de ella el espacio idóneo para divertirse, improvisar ideas, mezclar tendencias y sonoridades, promover la buena literatura y exponer lo mejor de las artes visuales, pero sobre todo, contribuir a la diversidad cultural que hoy defiende la organización.
Con 246 asociados, tercera en el país con la mayor membresía, la AHS principeña es el espacio de legitimidad para artistas empíricos, el catalizador de los procesos culturales que desde octubre de 1986 sirve de enlace entre la producción artística y las diferentes entidades del sistema institucional de la cultura. Una organización que mantiene el fiel propósito de semejarse cada día más a los jóvenes que representa.
Responder con arte…
Camagüey goza de una voluntad de acompañamiento institucional para la AHS a todos los niveles –con aspiraciones de ampliarlas aún más–. Y es que ahí radica el secreto de por qué la filial agramontina sea, desde su gestación, un espacio de irradiación cultural reconocida por el equilibrio, sistematicidad y calidad en cada una de sus jornadas.
La Casa del Joven Creador tiene una programación de lujo con más de 200 actividades al mes y mil en el verano, destinadas todas a satisfacer las necesidades de entretenimiento, recreación y cultura de niños, adolescentes, jóvenes y adultos. Tiene en su haber proyectos socioculturales como “Golpe a Golpe” y “Cine en los Barrios” que llevan el talento artístico y las artes visuales a las comunidades y barrios alejados del centro de la ciudad.
Cuenta además con nueve eventos contemplados dentro del presupuesto cultural del territorio y dos de ellos con participación internacional, entre los que se encuentran el Salón de Artes Plásticas “Gestus”, el Festival de Rock “Sonidos de la Ciudad”, el Festival de Rap “Trakeando”, la Jornada Música Electrónica “Beat 32”, el Festival de Trova “ Canto Adentro”, entre otros.
Este año, a pesar de las limitaciones impuestas por la Covid-19, no se dejaron de realizar los eventos, en esta ocasión a través de las plataformas digitales para intercambiar con el público, compartir la buena música y las experiencias de nuestros artistas en medio de una crisis que nos acercó al arte desde nuestros hogares.
Así ocurrió con la III edición del Coloquio Nacional de Periodismo Cultural, una cita que intenciona el autoexamen profesional y las prácticas culturales y, que este año, no fue la excepción. La música de jóvenes trovadores y el magisterio de importantes investigadores cubanos y extranjeros desde la web, fueron algunas de las incitativas de quienes aún en difíciles condiciones, apostaron por un diálogo colectivo con la pertinencia de reflexionar sobre la cultura y el periodismo en tiempos de pandemia.
El mes de agosto llegó y escritores, narradores orales, trovadores y pintores iniciaron la travesía de desandar las comunidades distantes de la geografía camagüeyana. Así comenzó la XVII Cruzada Literaria de Camagüey, un libro gigante, una cita con el verbo y la música que nos propuso una escritura por la vida desde el contexto comunitario.
Solo unos días restan para que el Almacén de la Imagen arribe a su cuarto de siglo de creado. Esta 30 edición especial no pierde la esencia de un arte juvenil que derrumba barreras para su promoción y divulgación. Esta vez, del 23 hasta el 28 de octubre el Almacén llegará a los amantes del cine a través del uso creativo de las nuevas tecnologías y de la transmedialidad que están a nuestro alcance y que legitima a su vez lo más selecto de la creación audiovisual hecha por jóvenes en Cuba
Sin dudas, en Camagüey existen espacios importantes para visibilizar el trabajo de la Asociación Hermanos Saíz, por lo que la tarea eminente de hoy, ante un virus que nos amenaza y expone, será siempre responder con arte
Pensando en la AHS…
Mucho tiene para mostrar la AHS agramontina en este aniversario 34, repetir sus siglas en las comunidades camagüeyanas y en sus artistas es símbolo elevado de entrega, compromiso y amor, de quienes junto a sus plumas, pinceles y voces estructuraron la solidez hoy exhibida que la convierten en una de las mejores sedes en la nación.
A propósito de ello, algunos de sus asociados y Miembros de Honor expresaron su sentir sobre una organización que perdura en el tiempo.
La AHS es como el amigo con el que siempre puedes contar, que dentro de sus posibilidades intentará ayudarte en cuanta creación artística, por muy loca que resulte, se te ocurra, creo que también esto va dado por la disposición de sus directivos que al ser artistas te brindan muchísimo en la fluidez y comprensión de los proyectos.
David Viera
Director de la banda de rock sinfónico Antagon,
Miembro de la célula de la AHS del municipio de Florida
Es una puerta entre los jóvenes creadores y las instituciones culturales. Con aciertos y desaciertos, la AHS impulsa el trabajo de los artistas muy jóvenes que aún no tenemos una obra sólida y sin embargo, gracias a ella, contamos con un sistema de apoyo.
Lourdes Mazorra
Escritora y periodista,
Miembro de la Sección de Literatura de la AHS
Creo que tanto la música como cualquier otra manifestación goza de grandes privilegios en la organización, la inserción en los eventos, la posibilidad de presentar proyectos, ya sea para un concierto o para la realización de peñas temáticas en la Casa del Joven Creador han propiciado que no sean pocos los que hoy, ya consagrados, hayan hecho carrera en gran parte gracias a la AHS.
Siempre se podría hacer más y ese es el propósito. Creo que queda mucho por trabajar sobre todo en los vínculos entre la AHS y otras instituciones tales como los centros de la música, casas discográficas y centros nocturnos.
Danger Sarduy,
Director de la banda de rock DESBROCE
La AHS de Camagüey en todos estos años de creada cuenta con la confianza y el compromiso de sus asociados, y eso dice mucho de su trabajo. Los programas de subvención, promoción, colección y exhibición de obras de arte deben seguir siendo sistemáticos y sostenidos. Para nosotros, los artistas jóvenes, esto es fundamental en el desarrollo de nuestras carreras.
Leonardo Pablo Rodríguez Martínez,
Artista de la plástica.
La principal premisa de la AHS es la entrega desinteresada de los jóvenes artistas y escritores, quienes no tienen otro afán que mostrar su obra y darla al pueblo. Uno de los principales logros, en todos estos años, es conseguir que los jóvenes creadores, crean en la institucionalidad como factor fundamental para su desarrollo. (Tomado del Juventud Rebelde).
Yunielkis Naranjo Guerra,
Director del Centro Provincial del Libro y la Literatura,
Miembro de Honor de la AHS
¿Hacia dónde vamos?….
El llamado a la responsabilidad de los creadores e intelectuales en torno a la necesaria integración institucional para posicionar el arte joven como vanguardia relevante dentro del panorama cultural camagüeyano, son algunas de las prioridades que se ha proyectado la organización en este año.
Al decir de Yanetsy León, periodista y vicepresidenta de la filial camagüeyana de la AHS, es fundamental llegar a los centros educacionales de enseñanza media y superior, a las escuelas de arte y a ese otro talento que no se forma en las academias. La AHS tiene la función de acoger las inquietudes creativas y consolidar el trabajo de promoción que se ha logrado mantener en las jornadas y eventos anuales a través de las nuevas tecnologías y con una fuerte presencia de la realización audiovisual.
“Es necesario garantizar la continuidad de la AHS como una fuente que une a generaciones de artistas con inquietudes y con ganas de conquistar el mundo a partir de sus perspectivas, de su mirada y su sensibilidad”.
«Muchos trovadores se podrían considerar poetas»
Los pasillos de la ENA nos hicieron conocernos hace ya mucho tiempo. Ángel Lorenzo Ramos es trovador, un joven músico que hace su obra desde la honestidad creativa, esa que no necesita premios ni aplausos excesivos para cimentarse. Imaginemos por un segundo que estas preguntas son la partitura que nos invita a retomar una conversación pendiente entre dos amigos.
Tu tierra de origen, San Antonio de los Baños, ¿ejerce alguna influencia en tu creación?
De cierto modo, sí. Vengo de una generación de ariguanabenses a la que le tocó el recuerdo, las memorias de la gloria pasada de un pueblo que era referente cultural en muchos aspectos, y que quedó relegado en la desidia institucional y los escombros de los 90´s.
No sé los de ahora, pero esa idea caló bastante entre mis contemporáneos e influyó mucho en lo que luego quisimos ser. Cuando éramos niños bebíamos de la utopía de hacer cosas para reanimar San Antonio: las iniciativas no faltaron, las puertas cerradas tampoco se quedaron atrás. Yo crecí y me fui a estudiar a La Habana. Quizás eso provocó un distanciamiento pero no pierdo la oportunidad de sumarme a las aventuras de los que quedan dando la pelea.
Tu primer acercamiento con el mundo del arte provino de tu experiencia con el Movimiento de Artistas Aficionados, ¿cuánto valoras este primer encuentro y de qué manera influyó en tu desarrollo ulterior?
Crecí dentro de la Casa de Cultura de San Antonio. Mi mamá era instructora de música allí y nunca me llevó al círculo infantil. Era el niño pequeño de todos en la casa. Según me cuentan, era además una esponja de conocimiento artístico todo el tiempo, me encantaba observar. Pasaba de una manifestación a otra como un juego infantil pero al final la fijación por la música pudo más que la literatura y el teatro. Aunque la literatura sí la estuve llevando a la par hasta casi los 15 años, escribía cuentos sobre todo y fui a varios eventos de niños escritores. Esto me dio la base para después poder afrontar la enseñanza profesional de forma más orgánica. Es innegable su influencia.
¿Qué valor le concedes a la literatura y su relación con la música en tus composiciones y en la conformación de tu pensamiento creativo?
Muchos trovadores se podrían considerar poetas. Excelentes artesanos de la palabra que decidieron expresar sus musas acompañadas de música; en muchos casos, para llegar a un público mayor. No es mi caso. Me veo más como un músico que aprendió a usar la palabra para expresarse. Eso lleva a que hay días en que me pongo a componer y quizás la balanza se inclina entonces más para un lado que hacia el otro o, como es ideal, se queda en un término medio. En un comienzo lo hacía todo de forma más empírica, luego fui aprendiendo más sobre las estructuras poéticas y su aplicación.
Anécdota simpática: tenía una canción que se llamaba “Sonetos derrotistas” y un buen día descubrí que en mi ignorancia había escrito con la estructura de rimas pero los versos no eran endecasílabos. De nada sirvió tratar de remendarla, ya la canción sonaba así como estaba, lo resolví cambiándole el nombre.
Entras a la Enseñanza Artística gracias a las pruebas de suficiencia, a las cuales te sometiste en octavo grado. ¿Qué puedes contarme de tu formación en la Cátedra de Guitarra, Laúd y Tres?
Muchas personas queridas me dicen en ocasiones: “¿Por qué tocas tan poco el tres si es de lo que te graduaste?”; a lo que respondo: “yo estudié música, el instrumento es la vía, no el fin”.
Respeto y admiro tanto a los treseros que durante la carrera descubrí que no quería formar parte de ese show competitivo que la gente a veces alimenta tanto, el clásico dicho de fulanito es mejor que menganito y esas cosas.
Me dedico actualmente de modo profesional a tocar la guitarra en la agrupación de uno de los mejores treseros del mundo, pero ese logro se lo debo también a la Cátedra. Muchas veces un guitarrista, desde su formación clásica, se las ve difícil a la hora de afrontar la música popular; a mí me fue más sencillo el salto. Eso lo gané a mi favor en la Cátedra de Tres y Laúd, además de una formación que iba más allá de lo académico y en un ambiente donde éramos tan pocos que todos nos conocíamos y éramos casi familia.
En el universo particular de la experiencia humana, ¿qué lugar ocupa la música?
En mi universo es todo. Puede sonar una exageración pero es así. No sirvo para más nada que no sea la música, dicho por mis padres que me malcriaron de más y no me han dejado ser bueno en otra cosa… si hasta en matemáticas soy pésimo. Mi mayor temor adolescente era no entrar a la ENA porque ahí sí que me iba a quedar en la calle, de lo malo que era en todo lo demás.
Creativamente has estado vinculado a artistas del teatro, el performance y las artes visuales. ¿Esta relación es la búsqueda de una experiencia artística “completa” o solo intentas lograr, a través de la síntesis y la asimilación, un vínculo con otros campos de conocimiento?
En algún momento de mi vida no quería hacer las pruebas del ISA. Pensé que la carrera se podía quedar en el título de Nivel Medio. Al final, las hice por embullo y porque me metieron miedo con los dos años de Servicio Militar. Cuando me vi allí descubrí lo equivocado que estaba.
Poder convivir con otras manifestaciones artísticas amplió mi horizonte en muchos aspectos; de hecho, mi época más fructífera como cantautor fueron los años que pasé en el ISA. Mis incursiones en bandas sonoras de ejercicios de FAMCA, la música que hice para varias obras de teatro de un gran amigo y coterráneo, la participación espontánea en algún que otro performance sonoro durante las Bienales de La Habana, todo aquello me aportó considerablemente y me ayudó a aterrizar esa concepción personal de artista que, de otra forma, se hubiera quedado a medias.
Como instrumentista, has trabajado con artistas como Pancho Amat, Liuba María Hevia, Annie Garcés, por solo mencionar a algunos. La observación del hacer de otros creadores musicales, ¿ha influido en tu labor en solitario?

La influencia existe. Quizás no sepa decirte concretamente en qué, pero está. La influencia de Pancho Amat está desde que soy pequeño. Mucho antes de ser parte de su grupo ya había recibido su apoyo y magisterio en varias ocasiones. Estrené una obra suya en mi graduación del ISA y se apareció de sorpresa a pesar de que era el día de su cumpleaños, ¡te imaginas la de nervios! Es una enciclopedia humana, se aprende a diario con él.
Como parte del grupo de Liuba toqué por primera vez en la Casa de las Américas, un lugar que para mí es el templo de la Nueva Trova. Disfruté aquel concierto como pocos.
Annie es un diamante en bruto que tiene mi admiración desde que le conozco, tanto como cantante como por lo bella persona que es. Un día me mandó un SMS diciéndome que necesitaba un guitarrista para el Festival Pepe Sánchez y para Santiago nos fuimos. Después colaboramos muchas veces y hasta me dio la oportunidad de ser director musical de uno de sus conciertos, cosa que hice por primera vez (y única).
¿Quiénes son tus principales influencias musicales?
Lo primero que nos marca es la música que suena en casa mientras uno crece: mi mamá escuchaba mucho a Serrat y teníamos un casete con un variado de Silvio, Pablo y Amaury Pérez que repetíamos hasta rayarlo; mi papá era más de música tradicional cubana, sobre todo bolero: Orlando Contreras, Ñico Membiela, Benny Moré y muchos más. Todos los domingos me despertaba con la “Discoteca del ayer” de Radio Progreso.
Con esta base salí al mundo y aún hoy llevo esa diversidad en mis gustos: si abres mi carpeta de música te puedes chocar con un disco de Los Zafiros o con lo último de Fito Páez, con una recopilación de changüí guantanamero o “Multiviral” de Calle 13. Toda esa heterogeneidad de gustos la he ido llevando a mi obra de manera consciente, no me hace mucha gracia estancarme en ningún género.
Un artista joven, ¿de qué no debe carecer? ¿Qué es para ti la calidad artística y creativa? ¿Es, acaso, un medidor del talento?
No debe carecer de atrevimiento. De saber dar la cara por su obra aunque le viren los mil cañones de la crítica o ciertos públicos se pongan de espalda ante su propuesta. Para todo hay consumidores, no se debe dejar de cantar algo pensando que no sirve pues esa canción le cambiará el día a alguien, en alguna parte.
La calidad es un parámetro, depende de concepciones ya establecidas que no siempre benefician a la creación. Uno debe sentirse bien con sus principios y tener claras sus pretensiones. A veces hay quien dice que lo creativo debe ser un fenómeno social, que se debe escribir para los demás, etcétera… para mí, no es así. Si tu ego no está conforme con lo que engendras, en muchos casos ni saldrá a la luz. El concepto de talento se ha desvirtuado tanto en los últimos tiempos que yo ni emito criterio. Con los años he ido aprendiendo lo que debe quedar exclusivamente en mi conciencia, ahí, bajo llave.
En 2017 obtuviste un Premio Lucas en la categoría Video Opera Prima por tu video clip “Regreso Incierto”. ¿Cómo y por qué nace esta canción? Luego de este premio, que sin dudas consiste en un impulso a tu carrera en solitario, ¿en qué te has enfocado? ¿Qué búsquedas guían hoy en día tus caminos creativos?
“Regreso incierto” la escribí para una banda sonora: se trataba de la obra Nora y él, de Raúl M. Bonachea Miqueli. Me pasó el texto y la verdad es que me daba mucha pereza leerlo en digital, por eso fui a un ensayo de la puesta y de ahí marché de cabeza a escribir la canción. Básicamente es la historia de la obra manifestada en su estado puro: el amor más allá de las adversidades y obstáculos. Fuera del contexto del teatro, la canción ganó aceptación y cuando le propuse varias piezas a Leandro de la Rosa, director del video clip, fue esta la que escogió sin dudar. Era su primer video clip y por eso ganó el premio “Opera Prima”.
Sinceramente no aproveché al máximo la cobertura que me dio el evento y lo mucho que pusieron el video en TV. En ciertos casos, un video clip viene emparejado con la promoción de un trabajo discográfico y yo aún no tengo la segunda pieza del puzle. Mi carrera actualmente sigue un perfil bajo, supeditada a mi trabajo como músico, pero eso no ha frenado lo que escribo y espero que alguna beca o discográfica repare en mí. Me autofinancio los temas que he podido grabar y busco alternativas de difusión… aunque siempre queda el deseo de poder hacer más: en eso estoy.
Has creado música incidental para cine y teatro, ¿cómo transcurre tu proceso creativo? ¿Qué desafíos supone?
No tengo un plan de organización en estos casos. Me ayuda mucho la imagen y me auxilio generalmente de la música por computadora, usando instrumentos sampleados y sintetizadores. En muchos casos he estado en las puestas ejecutando la música, como un híbrido entre instrumentista y DJ. Me meto en camisa de once varas pues errores siempre ha habido y eso para el teatro es fatal, pero se aprende para que en el futuro todo sea más orgánico.
Destrabando la trova I
Salud pá tus ojos, ashé pa tu herrumbre
que el sol brinde para todos su justa lumbre
mucha fortuna y salud pido sobretodo en amores
que a golpe de labios tibios me nazcan flores.
(Nelson Valdés)
Para destrabar la trova no hay manuales. Esencia de la cultura musical cubana los trovadores legan la guitarra y la voz, el pensamiento en síntesis de las generaciones. Un país necesita de sus trotamundos, de esos que ensillan las ideas y con furia las cantan, otras veces, con dulzura desenfundan la verdad. Las ideas trascienden los límites y las molduras. Por eso el mundo y sus heridas resultan insuficientes para detenerles. No son estas las Romerías de siempre, nada lo es. El set puede ser tu casa, o la mía, el teléfono móvil, una Pc, o la TV. La trova se desentiende de obstáculos. Las guitarras levantan sus manos.
Tecnología mediante y ganas de sobra se obra el milagro. La cita está pactada casi a las tres. El anfitrión es Eduardo Sosa, trovador en cuyas cualidades musicales habita un hermoso ser humano, lo he dicho ya, vacilador, jocoso de espléndida carcajada, alguien para quien la trova es su casa.
Su quehacer como cantautor, intérprete y gestor de eventos lo lleva por disímiles contextos de la geografía nacional. Cuando indagué para lo que escribo, esa es mi ventana abierta, sobre las incidencias de esos trasiegos me respondió:
«He aprendido muchísimo porque tengo un espacio que se llama “Destrabando la Trova”, es, según por quienes llevan las encuestas, uno de los más importantes hoy en las Romerías. Suceden entrevistas a camisa quitá, desde Pedro Luis Ferrer hasta Tony Ávila, Buena Fe, Polito Ibáñez, Willian Vivanco, Raúl Torres. Abogo por el respeto que deben tener las nuevas tecnologías para con la posición de las personas. Este espacio ayuda a conocer más a quienes hacen las canciones que yo respeto, quiero y admiro, a confrontar su pensamiento y conocer la persona detrás de las canciones.»
El espacio que comenzó en la Casa de la Cultura holguinera con posterioridad se trasladó al Club Siboney. Otras ediciones de manera excepcional, como el protagonizado por Buena Fe, aconteció en la Casa de la Música. Este es el quinto año, y acoge en la primera emisión al cienfueguero Nelson Valdés como invitado.
La poética del joven juglar marca un punto de encuentro de la cancionística con eje al centro de la isla. Su hoja de trovas se habilita desde las entrañas mismas de la Asociación Hermanos Saíz, presentaciones y premios organizados por el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, las ediciones de la Feria del libro en varias provincias cubanas, el Longina, las Romerías de Mayo y otras celebraciones donde la guitarra y la voz se entrelazan. Varios fonogramas registran la autenticidad de canciones que se aferran a crecer justo Al sur de mi mochila.
En la opinión de Nelson, las romerías son parte de la célula cultural cubana y es imprescindible que se siga haciendo evento tan importante para la creación y el arte joven. El ambiente, el suceso cultural y el protagonismo de casi todas las manifestaciones del arte, es un lujo.
Sus ojos cantan en libertad, confiesa el trovador, las cuerdas van a donde la reina de los mares:
Si alguna vez tú fuiste río, llévame al mar/ si alguna vez tu amor fue mío, Yemayá venlo a buscar.
A la interrogante del anfitrión acerca de la relación de Nelson Valdés con la AHS y en particular con la organización del evento Al sur de mi mochila, el agasajado aportó:
«Al sur de mi mochila es un evento que ha ido creciendo, lleva el título de una canción de nuestro emblemático Lázaro García, fundador del Movimiento de la Nueva Trova y uno de los hombres más importantes dentro de la canción de autor cubana y cienfueguera. Es un evento que trata de hacer alianzas entre los jóvenes cantautores y los consagrados. Hemos logrado que sus propuestas lleguen a la comunidad, por los diversos espacios donde se hacen los conciertos y descargas. Pasamos a compartir con la EGREM el centro cultural Julio A. Mella, y eso propició que el festival creciera. Han pasado por cantautores muy importantes, han salido de ese escenario jóvenes para la canción de autor cubana. Es un evento que hoy es puntera dentro de la AHS en Cienfuegos. Es de los que mantienen viva la obra de muchísimos amigos, como otros que hay a lo largo y ancho del país.»
Y es que para salud de la trova en Cuba la parada en Cienfuegos es uno de los eslabones que hoy signan una especie de red de eventos trovadorescos en el país, en su mayoría con el protagonismo de la AHS.
Sal a caminar porque el tiempo se nos va casi siempre a indiscreta velocidad, es la segunda invitación musical de la tarde. Quien ahora le escucha sentirá la avidez por otras de sus canciones. Una palabra, santa caricia bastaría para borrar todas tus desdichas. El vínculo añejo de los trovadores con el panteón afrocubano aparece junto al eros, el deseo por la salud, el retorno de los amores y otras humanas causas:
Si el mar se te alarga junto a Yemayá moja tu camisa/ bastaría para borrar todas tus desdichas/ si yo te beso muchacha oye y te devuelvo la risa/ bastaría…/ abuelo no, abuelo no, la tarea difícil déjesela a Changó/ Santa Bárbara bendita/ la tarea difícil déjesela a Changó/ Santa Bárbara bendita …/ la tarea difícil déjesela a Changó siete rayos…
Eduardo Sosa reconoce en la obra del amigo una coherencia artística que contra los pronósticos de vivir a kilómetros de la capital, logra una presencia en los medios desde Cienfuegos. Un grupo de proyectos ocupan la creación de Valdés:
«Yo creo que la gente agradece el que hayamos homenajeado a Santiago. Y yo feliz porque pienso que homenajear a quien te ha dejado un legado y que ha sido importante en tu obra pues forma parte de lo mínimo que podemos hacer. También hicimos un tema que se llama Querido viejo con los arreglos del maestro Emilio Vega que es un homenaje a Lázaro García con la dirección de Omar Leyva; terminamos también con la dirección de Omar un video dedicado a los doscientos años de la ciudad de Cienfuegos que estrenamos en el cumpleaños 201. Ha sido parte de este trabajo en conjunto. Muchos amigos han puesto su mano para apoyar las cosas que a veces se me ocurren y que creo pueden contribuir a aportar un grano de arena a lo que somos y a lo que pretendemos crecer como nación, como país.»
Desde Graciano Gómez, Sindo Garay, María Teresa Vera, Miguel Matamoros y una amplia representación de trovadores de éstas y sucesivas generaciones le han cantado a la Virgen de la esperanza, mambisa, morena, Imagen Protectora.
Por estos anclajes en el repertorio de la canción cubana y por la trascendencia como símbolo de religiosidad y cultura cubanas, Nelson decidió destrabar la tarde con una canción con remedos vocal-instrumentales de conga que estará en su nuevo fonograma y que a su decir tiene mucho que ver con tu identidad, las raíces, porque es una canción que le hice a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de todos los cubanos:
Madre no me lleves a la conga oriental/ mira que después yo no puedo parar/ qué no que yo no voy a mirar/mira que después yo no puedo parar/ piensas demorar mis ojos/ mira que ya se respira tu necesidad de bailar/ sin que nos toque luna, hoy nos compondrá la lluvia/ paso por reír atento cuando apareces madre/ (…)
Estribillo. Pero no me lleves a la conga oriental/ mira que después yo no puedo parar.
Un abrazo a Cuba abrió los caminos a las trovas de mayo en Romerías, a la trova toda, espíritu de la nación cubana.
Música de autor o descarga de parque
«El disfrute de la música en vivo» es la respuesta que casi siempre obtengo cuando le pregunto a algún nuevo rostro que veo rondar la Asociación Hermanos Saíz en Ciego de Ávila, que busca encontrar o le atrae del lugar. Lo que aquí se hace, no escapaba de un público selecto, de artistas, uno que otro asociado o amigos de quien desempeñaba el roll de organizador.
Un cambio fue notable cuando abrió las puertas su Café Barquito y se oficializó la peña Trovadrugada de César Brown y su banda, acompañado de un incremento organizativo de calidad que ya traía el colectivo de trabajadores de la institución. Quizás fue solo el café o el ejemplar desempeño laboral, y el grupo no tuvo nada que ver, pero de, trovador a guitarra limpia, a banda a dos voces con tres, guitarra, bajo y percusión, hay que vivir la transmutación y ver al público centrar su atención, luego, brindar aplausos.
«Lo de los rockeros» o «Lo de los pelús» así le llamaban año y medio atrás a la institución representante de la joven vanguardia artística, cuando a alguien intentabas darle referencia del lugar, tuve la experiencia. Aún hay quien le hace rechazo pues, no somos un pueblo donde prevalece el gusto por la cultura; o el individuo tuvo la mala experiencia de pasar el día que se hizo algo por salir del paso y aunque la promoción estuvo, la organización o exposición, no fue la ideal.
Recuerdo una noche de lluvia, que tres amigos y yo, esperábamos que al menos un poco escampase, ya a las 11:00 p.m., y de las afueras de la cristalería me hizo entrar un conjunto de instrumentos donde sobresalía un saxofón, a quien luego reconocería como Livan Tartabull, director del Quinteto Saxofones, y por primera vez, presté atención a la obra de César.

Personalmente, soy alguien que disfruta muchísimo, escuchar sonar guitarras en cualquier esquina o en las descargas de parque. Ahí donde se canta a Sabina, Buena Fe o Melendi, y lo que se le ocurra o sepa tocar el guitarrista que a esa hora no está para improvisaciones.
Cuando escuchas a Ramón David en su aire psicodélico vocalizar «…rockockococó…» o el simpático Óscar Sánchez que se mueve de un instrumento a otro sin cesar, y la inercia te voltea y te preguntas qué está pasando ahí ¡Eso no es lo que pasa siempre! Un trovador, a pura guitarra, no siempre se escucha gustoso.
En Ciego de Ávila, por suerte, no solo yo me he dado cuenta de eso. Las dos agrupaciones con fuerte lazo hacia la institución se han crecido de forma tal que un conjunto de instrumentos genera arreglos que te hipnoticen, como un bajo o clarinete, protagonista; o el acompañamiento de un chelo o un saxo a una trovadora o Dj, aspecto a tener en cuenta cuando no se es diestro un cantante en la guitarra o su arreglo no es precisamente un Concierto de Aranjuez.

No se puede descartar que los músicos son de pagar y pocos trabajan de gratis (peña Trovadrugada) pero hay que encontrar la forma, de que se haga algo con calidad y de que se les pague, claro. O cómo le explico yo a los amigos, no asiduos a este círculo, que emocioné por los cielos para que viesen este Trovándote 2020 a Rolo Rivera, de quien sus canciones ocupan parte en todas mis listas, con ese estilo muy jazz que tiene de representar ritmos cubanos.

Un claro ejemplo fue, en el mismo festival, Kamankola, quien a concierto trajo un guitarra acompañante, y a dos guitarras, una acústica y otra eléctrica, acompañando su voz; no hubiese podido encantar más al público de lo que lo hizo. ¿Cómo fue el concierto de Marta Campos que hizo sonar tan bonito la bella canción «Sabor Salado» de Diego Gutiérrez? La respuesta está clara, cuando se quiere se puede.

Ráfagas virtuales de versos, melodías y amor
Versos de esperanza, acordes trovadorescos y hasta un poco de música electrónica se han instaurado en el ciberespacio desde la Casa de Iberoamérica, en Holguín, para llevar un mensaje de amor a los enfermos de Covid-19, a sus familiares y a todos los que permanecen recluidos en casa con la zozobra de vivir en un mundo más convulso de lo habitual.

Al poeta Norge Labrada, jefe de la sección de Literatura de la AHS, le duele que su primer libro publicado, “Poses”, que sería presentado durante la Feria del Libro, no haya podido llegar hasta el público por causa del nuevo coronavirus. Sin embargo, afirma que su pequeño volumen “sabrá esperar el momento adecuado” y mientras tanto se reconforta con compartir sus versos a través de Internet, porque está convencido que la poesía también cura.
Para el músico y actor Laynier Verdecia, que atesora hermosos temas como Flores para la vida, El planeta de los locos y Hay una luz, “es muy acertado que la AHS tenga esta iniciativa y se encadene con otras instituciones culturales de Holguín para compartir nuestras obras a través de las redes sociales. El arte es una de las cosas que complementa la vida del ser humano y creo que no seríamos nada sin él”.
Similar opinión tiene el trovador Manuel Leandro Sánchez, quien a través de su guitarra expresa las inquietudes sociales y espirituales que lo aguijonean. “Cada uno de nosotros debe ayudar de la manera que pueda. Queremos que la gente que tiene algún enfermo sienta que no está solo”, manifiesta.
La misma fe tiene Ernesto Angulo en el arte que se hace hoy desde Holguín bajo condiciones excepcionales. El Jefe de Grupo Gestor de Proyectos de la Casa de Iberoamérica, que ha fungido como el presentador de los conciertos online realizados desde el 21 de marzo en Holguín, afirma que “es de enorme placer poder transmitir emociones, sentimientos en estos momentos. Es un gesto humanista para todos aquellos que han contraído el virus”.

El DJ Alexei, director del proyecto Sector Electronik, también se ha unido a la iniciativa y dice sentirse muy bien aportando su grano de arena en tiempos de coronavirus. Por suerte, son muchos ya los artistas holguineros que han incursionado en el ciberespacio para extender su mano amiga, pero lo mejor es que no pretenden dejar de lanzar sus ráfagas virtuales de versos, melodías y amor.
Resiste, mi vida, que estamos on line
La conexión daba bateo, y del bueno. Dijeron que era de 10 megas, pero con esa lentitud parecía que la habían diluido, como el cloro, al 0,1 por ciento. Se quiso utilizar la webcam de la laptop propia que llevó Yadiel Duran, el presidente de la Asociación Hermanos Saíz AHS en la provincia, pero parecíamos un video de esos donde pixelan los rostros de aquellos que no quieren que los identifiquen, pero esta vez de cuerpo entero. Al final una productora prestó su I Phone con 4G para poder filmar.
Ese viernes 3 de abril se haría una transmisión on line donde la AHS ofrecería lo mejor del arte joven provincia por provincia. Matanzas no se podía quedar a la saga. En este momento donde el arte toma una importancia insospechada porque, aunque el cuerpo esté en cuarentena, la mente y el espíritu deben ser más libre que nunca. Y, aquí, somos el segundo territorio con más infestados, aunque tengamos una quinta parte de la población de La Habana.
Por ello los trovadores Lien Rodríguez, Carlo Fidel Taboada y Javier Sánchez junto con los poetas Luis Enrique Mirambert y Adrián Zurbano y este narrador se reunieron para ofrecerle a la audiencia fragmentos de su obra. Cada uno desde su poética particular, algunas pesimistas pero que funcionan como sicología inversa, otros donde resalta el EROS como el anverso a la desesperación de estos tiempos virulentos.
Todo se hizo contrarreloj. La transmisión por StreamingCuba acababa a las 4 de la tarde y nosotros comenzamos a las 3:50 P.M. No terminaba un poema y ya el I Phone apuntaba a un músico. No sabíamos si se entendía lo que decíamos. Hubo una orden que los escritores leyeran con nasobucos y temíamos que los textos sonaran como los gemidos de un perro pateado; pero había que dar el ejemplo. Ya éramos una aglomeración de personas por tanto no tener las mascarillas puestas sería llevarle la contraria a decenas de spots publicitarios y al sentido común.

Todo acabó. Tres horas de espera para algunos; para otros que estaban en la Dirección de Cultura desde las 9 de la mañana, más de siete. Entonces a desarmar el tinglado: quitar la lona con el ícono de la AHS, la bandera de Cuba y volver a la casa de uno: los trovadores a endurecerse más la punta de los dedos al practicar con las guitarras, los escritores al solitario oficio de vaciarse encima de la hoja en blanco o, ambos sencillamente, a esperar que todo pase y podamos decir que fuimos la generación, los sobrevivientes, del Covid-19.
A uno le entran sus dudas acerca de la pertinencia de esta iniciativa. No todos tienen acceso a Internet. No todos tienen una conexión que les permita abrir YouTube o reproducir un video en Facebook en alguna de las cien páginas que se compartió. No a todos les interesa un grupo de artistas desconocidos, o solo conocidos en un pequeño círculo conformado por otros artistas o snobs o culturosos o seudointelectuales.
Sin embargo, alguien, aunque sea por error, porque los algoritmos de la red privilegian las transmisiones en vivo y Facebook le envió una notificación a esos amigos que no son amigos, aunque una pestaña en tu biografía digital te lo asegure y el aburrimiento lo empujó a quedarse 10, observó a un grupo de jóvenes con cara de cumpleaños o, por lo menos, lo que se podía adivinar tras el nasobuco en un intento de llevarles un mensaje de decirle: Resiste, mi vida, que estamos on line.
Los que nos quedamos a soñar por la oreja
- – En esta casa no se oye a Willy Chirino, dijo él.
Esta también es mi casa. Y qué puedo hacer yo si en mi memoria emotiva están los sones transculturados del susodicho; si mi cuerpo, incapaz de moverse a ningún ritmo con cierta organicidad, insiste en dejarse llevar por su versión de Medias negras, más que por el original de mi amadísimo Joaquín Sabina.
- – En esta casa no se oye a Willy Chirino.
Tápese entonces los oídos. Porque los que soñamos por la oreja no escogemos lo que nos mueve o conmueve. No destiñe mi ideología lo que piense Willy, ni cualquiera que se haya ido con su música a otra parte, algunos suenan más cubanos desde fuera que ciertos intérpretes del patio, y digo esto desde el reconocimiento de que sonar cubano no es ser una estampa inmóvil de mogotes, malecón, playa, mulatas, tabaco y ron. Que esta isla está hecha de influencias y mixturas.
Yo digo como cierto amigo, que la diáspora no la inventamos nosotros, para más información remitirse al Antiguo Testamento y ver al pueblo judío atravesando el Mar Rojo, o al menos el sendero abierto entre sus aguas por la gracia de su Dios. Sin embargo, quiere la criatura de isla adueñarse del sentimiento confuso de la emigración como exclusivo padecer de sus orillas, pero no, el mundo está hecho de y por los que vienen y se van, y así sus muros, calles, versos, melodías.
Hoy pienso en José María Heredia, parado frente al Niágara, obnubilado ante la cortina interminable de agua, el torrente maravilloso que lo sedujo, grandeza inesperada que impresionó el alma del poeta; o en José Martí, adolescente expulsado de su patria como quien arranca a un hijo del abrazo materno. Pienso en esos hombres que invirtieron fuera de Cuba la mayor parte de sus vidas y nadie duda de la cubanidad de sus creaciones (tampoco se ha inventado dispositivo alguno capaz de medir este indicador que abale cuán cubana es o no la creación de algún artista en dependencia de la distancia a la que se encuentre respecto a la patria en el momento de la creación).
“Yo no he dejado de ser amigo ni de comunicarme con quienes han decidido radicarse en muchos sitios de la infinita geografía con que se dibuja nuestro planeta.” Aclara desde el principio Joaquín Borges Triana en las páginas de Nadie se va del todo. Músicos de Cuba y el mundo. Viene con una advertencia, una declaración de principios, para algunas mentes de sinapsis defectuosa, un desafío.
El libro de Joaquín Borges Triana, publicado por Ediciones La Luz, es de una transparencia avasalladora, el autor dice lo que piensa, o mejor, lo escribe a veces con un tono cáustico, y resulta que su opinión es muy cercana a la de tantos que están convencidos de que un país no termina en el borde exterior de las 12 millas de aguas territoriales: ¿acaso pueden sal y espuma limitar la pertenencia?
El periodista aborda la emigración de los músicos cubanos como principio y no fin, investiga, según él mismo afirma, la dimensión social de los cambios musicales, cuestiona fenómenos y construcciones sociales como el nacionalismo cultural y la exclusión del panorama artístico cubano de aquellos que decidieron un día partir, no importa con qué motivo, pues ¿acaso importan los de los millones restantes que se van de sus países de origen alrededor del mundo? Política, economía, amor, búsqueda, sueños, vocación trashumante, todos valen lo mismo.
Quiero confesar que antes de leer el resto del libro fui al final. No es hacer trampas, porque en este caso el final es el principio, en las últimas nueve páginas previas al índice y bajo el subtítulo: índice de agrupaciones y músicos diaspóricos citados en el libro, Borges Triana compila una realidad cambiante. Me divierte un poco que el primero en la lista sea Alito Abad, trovador holguinero, no fue culpa de un supuesto chovinismo de los editores, que son sus coterráneos, la lista está en orden alfabético, pero ese muchachito a quien escuché sentada en los neumáticos que hacían de palco las tardes de la primera década de este siglo en el Caligary en los altos del Centro Provincial de Artes, y que decía: “con tanto de sed, tanto de sed y tanta sal, dentro de ti, un manantial”, ese muchachito, también se fue.
Sin embargo, algo como irse no es inamovible o una condición definitiva, porque ha vuelto y ha cantado en Holguín, a unas cuadras del mencionado Caligary, como tantos nombres en este índice, Descemer Bueno, Isaac Delgado, Telmary, Virulo, Alain Pérez, Habana Abierta, y así hasta sumar, entre los que conozco, más de una decena de artistas y agrupaciones.
Las páginas citadas trajeron a mí una nueva certeza, entre imágenes borrosas de una Celia Cruz dibujada en Delirio Habanero o las manos larguísimas, infinitas de Bebo Valdés sobre el marfil: La música es un código similar al ADN, un nexo inquebrantable, un ancla, una atadura perpetua. Nadie se va del todo. Nadie, todo. Voces de un valor absoluto. Puede ser que uno se vaya de Cuba, pero Cuba no se va de uno. Tan simple como eso, o tan profundo como el decir de Cintio Vitier:
“Del estado podemos disentir; de la nación, en cuanto es un pueblo asentado en un territorio, podemos alejarnos, pero la nacionalidad, que en definitiva es cultura en su más amplio sentido, nos une a todos.”
Trovándote, Kamankola y el cuentapropismo ( fotos y audio)
Este XV cumpleaños de Trovándote se acercó lleno de sorpresas tanto en invitados como en nuevas locaciones que brindaron una mayor diversidad del público que lo asiste. Mostrando una gran aceptación la inserción de los escenarios «El Patio de Artex», en Ciego de Ávila, y el patio del Hotel Rueda, con un confort extraordinario y belleza descrita por su categorización, «Encanto». Asistida por la cuidadosa selección de expositores de la música para cada uno de ellos se demostró que el público ignora lo que le gusta hasta que es capaz de escucharlo, le tocó demostrarlo, entre otros, a Jorgito Kamankola.

Las 5:30 de la tarde, se diría que no es horario en Ciego de Ávila para trovar a su pueblo, salvo que sea domingo. Este sábado 14, un artista alternativo cambió la suerte. Quién dijo que existe un lugar ni un horario para Kamakola; he visitado tarde por tarde cada concierto, peña y serenata; y aquellos que tienen un público fijo en Ciego de Ávila se han llevado el regalo de mayor asistencia, incluso en lugares habituales de reguetón:
«La era del reguetón la he sufrido mucho –se sincera Jorgito–; artistas que yo admiraba con los que andaba puño arriba, los vi montarse al tren. Pero no tengo nada en contra del género, de hecho, pienso que por su carácter de movimiento, por estar unidos, han logrado un lugar, cosa que lamentablemente se perdió en el rap, se perdió en la trova y el rock. Puedo decir abiertamente del reguetón: hay cosas que me gustan, hay cosas que no y otras que detesto.»
Respecto al espacio dijo que «Kamankola canta donde le digan, en el parque, en el arrabal, en la plaza o en un lugar de público de reguetón. Los seguidores, por suerte, nunca han tenido problemas para presenciar cada lugar que se me ocurra, algunos, bastante raros.»

Este intérprete, que como bien él dice, hace mucho tiempo dejó de caracterizarse por un género, ha pisado suelo avileño en más de una ocasión: «Sí, mi primera vez fue en el festival de Rap Sector Hip Hop, ahí fui invitado por José Ernesto Frithz Camot, rapero y organizador. Estuve en el patio de la AHS durante la gira nacional que realicé con el fin de la realización del documental «Trovadores», actualmente en estado work in progress, donde tengo que agradecer a Liubin Lima, entonces vicepresidente de la sede, por el trabajo que me dedicó. Me realizó un escenario sorpresa bellísimo, con parles. Y en otros Trovándote, también estuve, sí.»

«La primera edición del festival de Jóvenes Trovadores que presencié ni siquiera era invitado, viajaba a oriente e hice estancia en Ciego, casualmente en el marco del evento, allí tuve la oportunidad de escuchar a Ariel Barreiro, creo que la mayoría de las canciones que tengo están basadas en la obra de Ariel. Cuando conocí su poesía, también conocí la mía. Este evento siempre me parece lindo, la gente de aquí hace sentir como en casa; cuando hago giras siento que el mejor lugar donde la voy a pasar es acá, porque aquí es como que la trova apetece, se siente el hambre por ella.»
Con un estilo entre lo underground, la balada y el rock, este intérprete que se considera trovadicto, mantiene su carrera con ya publicados tres álbumes de estudio «Antes que lo prohíban», «Hasta precisar el aire» y «Viento», un directo «Kamakola Live», y la producción de su cuarto fonograma oficial «Desde dentro» a lanzar en abril. Sus creaciones han ocupado espacio en obras ajenas, como la aparición de «La ponina» y «Tráfico de luz», dos de sus letras, en el libro «Cantarle a La Habana», de Geraldo Alfonso, dedicado a los 500 años de La Habana. «Es un honor para mí que Gerardo se haya fijado en mis humildes canciones, sabiendo que la canción más hermosa que se le ha escrito a La Habana es Sábanas Blancas», confiesa Kamankola.

En sus interpretaciones pueden encontrarse temas como la protesta «y nosotros con la lengua afuera…esto es Cuba, carajo y cuentapropismo», el amor, «mi sentimiento en comparsa arrollando pa’ tu carrosa».
Y odas a la madre Patria como «vamos a hacer una ponina pa’ comprarle un suspiro a La Habana». Se siente atraído en mayor grado por la trova en la que se centra su creación, fundamentalmente por su pasividad, pero es evidente al escuchar sus canciones que rapear le incrementa la fuerza espiritual.

La producción de estos materiales se ha realizado mediante la técnica CrossFunding, usando la plataforma BellCammill. Este sistema consiste en la recaudación de fondos por personas interesadas en que una obra vea la luz. Obra la cual, en el caso de Kamankola, luego es distribuida de forma gratuita en las redes o de mano a mano. Su música se promociona con giras autofinanciadas o invitaciones a peñas y eventos como Trovándote. De esta forma, Jorgito Kamankola se trova junto a nosotros.
Eva, la luz de tu nombre
Justo me encontraba en la esquina de la Casa de la Trova cuando supe la noticia.
Ahora tendría a punta de tinta unos cuantos adjetivos que ya emplearon otros para ti. Desisto de tardes grises o cualquier tropo compasivo. Huyo de cualquier reiteración a pesar de las razones. Eva, llena eres de canto y no necesitas más luz que la de tu nombre para trascender.