Sahay Fajardo Videaux
Diversas, camino a la desmitificación de género (+Posts)
La lucha contra la violencia de género y temas afines bien fundamentados por las tendencias feministas en el mundo, desde hace aproximadamente un siglo, cuando el fenómeno comenzó a ganar terreno, ha sido la piedra angular de disímiles polémicas tanto en las masas populares, sectores estatales, políticos y sobre todo culturales. Hoy día es un tópico habitual que cada vez nos llega e involucra desde más cerca.
Nuestro país, hasta hace poco menos de una década, me atrevería a decir, no contaba con un movimiento feminista como el que se gesta y que comienza a ganar espacio y prioridad en nuestro contexto actual. Y es que Cuba, como tantos otros países del mundo, no dista de una sociedad patriarcal en la que el machismo, fenómeno que no tiene género, crea metástasis en familias, comunidades, centros de trabajos, instituciones, escuelas, gremios etc.

No obstante, es innegable que cada vez son más las acciones que se llevan a cabo con el fin de comenzar a reparar de a poco los errores conceptuales, generar discursos mediáticos cada vez menos retrógrados que apoyen la lucha contra la violencia genérica de toda índole y aboguen por los derechos y deberes femeninos, así como por sus intereses. Sentirnos representadas y respaldadas por nuestras instituciones y quienes las dirigen es –y seguirá siendo– siempre el inicio para comenzar a generar cambios, incluso desde la fase cognitiva inicial en las escuelas, apostando por una infancia sin dogmatismos y esquemas preconcebidos, una infancia donde nuestros niños aprendan que los colores no tienen género.
Es por esto que hoy podemos enorgullecernos de contar con proyectos como Diversas dentro de la Asociación Hermanos Saíz en la filial de Santiago de Cuba. Sahay Fajardo Videaux, historiadora y profesora de la Universidad de Oriente, miembro de la sección de Crítica e Investigación de la AHS en Santiago de Cuba, y Taína Barthel, licenciada en Filosofía y Letras, ambas coordinadoras de este proyecto vanguardista, comenta al Portal del Arte Joven Cubano cuáles son sus objetivos:
“Diversas es un colectivo de coordinación de actividades con enfoque de género. Nuestro objetivo es intencionar a través del arte, la investigación y la cultura, la desmitificación de los contenidos de género, ya que estos usualmente sitúan a la mujer en una posición subordinada. Es fusionar el resultado teórico de la investigación con prácticas artísticas para transformar posicionamientos culturales que perpetúan la dominación a la mujer”.

¿Bajo qué circunstancias, impulsos y necesidades, surge el proyecto Diversas?
Sahay: La idea de Diversas surge hace justamente un año, un 7 de marzo. En aquel entonces fue solo una fiesta para celebrar la diversidad de las mujeres, para juntarnos las que de alguna forma sentíamos que no encajábamos en el ideal de “mujer cubana”: heterosexual, monógama, sacrificada, madre, esposa, cuidadora, ama de casa, trabajadora y feliz. Poco después, Juan Edilberto Sosa, presidente de la Asociación Hermanos Saíz en Santiago de Cuba, me invitó a armar el proyecto, y me propuso la idea de que estuviera concebido para funcionar a largo plazo. Y es así como lo enfocamos, lo pensamos para ser un colectivo de coordinación y concretamos las bases y las propuestas de actividades para todo un primer año.
El colectivo se organizó desde la AHS y luego se sumaron otras artistas e investigadoras interesadas, así como instituciones. Sentimos la necesidad de que este proyecto funcione como una especie de “zona de confort” para respaldar a todas las que se sientan desprotegidas. Encaminamos nuestros objetivos hacia brindarles las herramientas para que comprendan cuán capaces son de todo lo que se propongan y superen las afectaciones que hayan tenido en el pasado producto a cualquier tipo de violencia. Queremos funcionar como una especie de taller, en el que las mujeres puedan sentirse cómodas al exponer sus experiencias, sufrirlas, llorarlas, limpiar su alma, exorcizarse para luego entonces ser capaces de superar sus miedos y emprender expectativas nuevas.
Hoy contamos con un colectivo «madre» –como me gusta llamarle– y algunos otros colaboradores.
¿Con qué sectores le interesa más al proyecto trabajar y por qué?
Sahay: Nos gustaría trabajar con hombres y mujeres de todas las edades, pero sobre todo incidir más en las niñas y niños, adolescentes, y acercarnos a los barrios. Pensamos que establecer contacto directo con las comunidades brindará mayor visibilidad al proyecto y facilitará el que las mujeres afectadas por violencia de género sepan de nosotras y encuentren una ayuda viable en Diversas.
¿Es un proyecto solo para mujeres, o por lo contrario, creen necesaria la presencia de hombres, incluso desde la propia coordinación del proyecto para complementar los objetivos?
Sahay: Ahora es un proyecto de mujeres, para mujeres que no excluye a los hombres. En este momento consideramos que los hombres no deberían formar parte de la coordinación, no se trata de una cuestión de orgullo ni de competencia, se trata de empatía y sensibilidad. Desmontar y trasmitir una idea con enfoque de género requiere de una compresión desde la experiencia que otorga ser mujer. Quizás en unos años, cuando el cambio cultural favorable a la mujer sea una realidad más tangible, si el colectivo Diversas lo decide, entonces podría ser.
Taína: Los grupos no mixtos tienen grandes ventajas. Ser un grupo de mujeres les da más facilidad a las miembros para poder hablar porque saben que las demás tienen experiencias de vida parecidas. Crea un safeplace, un pequeño oasis, donde sabes que no tienes que justificarte, que no van a minimizar tu palabra, donde todas van a decirte “yo sí te creo”. Fortalece la autoestima, las mujeres se dan cuenta de que sí pueden organizarse entre ellas por sí solas. Es importante que socialmente sean aceptadas este tipo de iniciativas para vincular la idea de que lo que piensan y hacen las mujeres sí vale. Diversas es un grupo principalmente femenino, no obstante, también es mixto porque pensamos que es importante que los hombres aprendan a escuchar a las mujeres y se sensibilicen, que conozcan de las discriminaciones que nosotras sufrimos. Y para ese apartado también habrá lugar en el proyecto, solo que antes toca impulsar un proceso previo de autoaceptación y combate del machismo desde nosotras mismas para luego entonces poder combatir el que viene de otras partes.
¿Persiguen el interés de incluir personas con todo tipo de orientación sexual en el proyecto con el fin de mostrar la diversidad en todos los sentidos, o prefieren conservar el perfil femenino exclusivo aún tratado desde la diversidad?
Sahay: Diversas incluye a todas las mujeres, ya estamos trabajando para coordinar actividades en conjunto con mujeres trans. Tanto en el colectivo, como entre los colaboradores hay mujeres y hombres con distintas orientaciones sexuales. Y es la idea desde la concepción, porque nuestras luchas están relacionadas, así como los tabúes, mitos y tradiciones que nos hacen vulnerables a la violencia. Históricamente la comunidad LGBTIQ+ ha tenido un tratamiento institucional particular, relacionado con el sistema de salud, quien se ha encargado de velar por sus derechos sexuales, lo cual constituye un paso positivo para la visivilización y atención a sus demandas y necesidades. Pero a nuestro entender no ha sido igual de positivo para su integración social donde siguen padeciendo las discriminaciones propias del machismo en una sociedad patriarcal. El enfrentamiento al machismo, en cualquiera de sus manifestaciones, es lo que transversaliza nuestras luchas y debe ser un elemento de unidad, para superar prejuicios y perjuicios que nos impiden intercambiar en espacios libres de discriminación.
Taína: Defender la diversidad es defender el derecho a ser la mujer que te dé la gana y a ser reconocida como tal. Es tan mujer la mujer trans, como las cis, las homosexuales, las bisexuales, las heteros, las blancas, las negras, las mestizas, las altas o bajitas, las delgadas las gorditas, las de pelo largo, las afros, en fin…
¿Cómo evalúas el panorama del feminismo en Cuba?
Sahay: El feminismo en Cuba, poco a poco, está saliendo del ámbito académico, para llegar a otros espacios. Tiene mucho trabajo por delante, pues tiene que enfrentarse al mito, de que el feminismo es un extremismo, una idea muy arraigada tanto en políticas como en la población desde los años 60. El otro gran problema que debe enfrentar es el estado de inercia general que produce la complacencia y el conformismo con los logros de las mujeres en los primeros años de la Revolución. Tiene el gran reto de ser asumido por las mujeres cubanas como una vía real de solución consciente a sus problemas.
Hace unos años, incentivado por las redes sociales, Cuba experimenta una mayor actividad de la sociedad civil fuera de las instituciones, esta nueva realidad ha sido un espacio propicio para que el feminismo gane en organización y en visibilidad. También han influido el retorno de posiciones machistas y conservadoras que se pensaron superadas en los años 1970, y que comenzaron a tomar fuerza nuevamente a partir de los años 1990 con el Periodo Especial; un incremento de los fundamentalismos religiosos los cuales se hicieron sentir durante las discusiones para la aprobación del nuevo texto Constitucional; los logros y avances de las luchas feministas a nivel internacional; la próxima discusión y aprobación de un nuevo Código de Familia y la posibilidad y necesidad de la aprobación de una Ley Integral contra la Violencia de Género.
Taína: Creo que las luchas feministas aún no tienen mucha fuerza, o al menos no toda la necesaria aquí en Cuba. No hemos llegado a un nivel de conciencia suficientemente global acerca de las características machistas de la sociedad. La sociedad cubana actual todavía defiende un machismo sin complejos, sin vergüenzas, extremadamente normalizado. Mientras la mentalidad social no identifique que estas características machistas son machistas precisamente porque son discriminantes para la mujer y que existe una retroalimentación, ya que la discriminación y el desprecio hacia las mujeres son tanto causas y efectos de una mentalidad machista, las luchas feministas seguirán careciendo de sentido en la sociedad cubana, tanto para las mujeres como para los hombres.
¿Crees que el feminismo es un fenómeno que ha ido ganando terreno y que hoy goza de aceptación en la sociedad cubana?
Sahay: Es método de compresión para la situación de la mujer y punto de partida para su transformación, que ha sido estudiado en Cuba, por algunos sectores académicos, pero no podemos decir que goza de aceptación en la sociedad cubana, al contrario, hay rechazo, por el profundo desconocimiento popular del tema.
¿Cómo evalúas el desarrollo de las temáticas afines al fenómeno del feminismo dentro del arte en Cuba?
Sahay: El arte tiene la posibilidad de mover sensibilidades, de llegar a las personas independientemente de sus prejuicios, incluso en ocasiones a pesar de ellos. Digamos que es un método pacífico que puede conducir a cambios reales, radicales y sólidos. Unir en una intención, en una acción, el feminismo y las potencialidades del arte como catalizador social, sería una fortaleza. Pero aun no es una realidad en Cuba. Siento que no hay un movimiento artístico articulado hacia este camino.
¿Crees que se hace necesaria una ley integral que avale los derechos de las mujeres en Cuba más allá de una ley ante la injuria, la calumnia, el acoso, digamos, una ley ante el feminicidio (si es que crees que existe feminicidio en Cuba), ante el maltrato psicológico ante la humillación, etc.?
Sahay: Sí es necesaria una ley integral contra la violencia de género, porque la violencia física es la expresión visible de un conjunto de violencias y humillaciones sostenidas en el tiempo. Es a su vez la primera manifestación del agravamiento de la situación e indicador de que peligra la vida. La ley integral garantizaría la prevención, crearía el ambiente idóneo para la denuncia a tiempo, evitaría la revictimización, y sobre todo evitaría los feminicidios, pues la idea no es solo hacer justicia, sino que no muera ninguna mujer por el hecho de ser mujer y todo lo que eso implica en una sociedad machista. Garantizar la no impunidad, no es una garantía de vida para las mujeres víctimas de las múltiples formas de violencia si tienen que acudir a la justicia solo cuando han sido golpeadas para entonces ser creídas y procesar el caso. Además de las limitaciones que presenta tener un protocolo policial y jurídico de actuación ante la violencia contra la mujer que no tiene en cuenta el enfoque de género.
Taína: Una ley integral es necesaria. Sería el reconocimiento legal de que la violencia de género es sistemática. No se trata de violencia aislada, ocasional, como lo puede ser una calumnia o un insulto. La violencia de género es la consecuencia de un sistema que se fundamenta en la dominación masculina. Es el detentor del poder, de la autoridad, de la legitimidad, de la palabra, etc. De ahí derivan todos los tipos de violencias concretas sufridas por las que no pertenecemos al género dominante. Defender que todo eso es asunto particular, privado de cada cual, causados por personas aisladas, es el argumento usado para desacreditar las luchas feministas. Por eso sí creo que una ley integral es necesaria y muy importante.
Háblennos un poco sobre los planes inmediatos del proyecto Diversas, planes futuros o metas a más largo plazo
Sahay: Planes inmediatos: fortalecernos en organización y en herramientas metodológicas para nuestras actividades, hacer alianzas para el trabajo y dar a conocer nuestra perspectiva. A futuro nos quedan las actividades presenciales y como meta a largo plazo: llegar a la mayor cantidad de mujeres santiagueras posibles, de todas las edades.
Taína: Diversas tiene como meta a corto plazo: promocionar informaciones y herramientas conceptuales para que las mujeres puedan identificar características sociales que la discriminen, entender sus mecanismos y dejar de verlas como normales. Lo que se busca mediante el grupo es crear conciencia feminista. A largo plazo el objetivo es ampliar esta conciencia a la mayor cantidad de mujeres posibles.