Ariel Fonseca
El hombre como pasión inútil
El hombre es una pasión inútil
Jean Paul Sarte
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El poemario “Restosâ€, del escritor espirituano Ariel Fonseca Rivero, fue publicado por Ediciones Luminaria en el 2018. Se trata del primer poemario de este autor, quien anteriormente tenÃa un recorrido en ascenso como narrador de prosa infanto-juvenil y para adultos.
Como parte de la colección Verja, este cuaderno consta de 41 páginas y varios textos cortos en los que la mutilación, la pérdida y el vacÃo constituyen sus direcciones conceptuales fundamentales. Estructurado en tres partes: Uno, Dos y Tres, el autor consigue una búsqueda estética de lo sucio, de lo que históricamente se ha entendido como feo, lo desvalido, las asimetrÃas y el despoblamiento del ser a favor de la nada.
El primer capÃtulo, Uno, a la luz de un exergo de Marcelo Morales Cintero que devela el sentido del libro, reúne 10 poemas, iniciados por un texto enteramente contemplativo: “Sentado en el parque descubro restos de una mariposaâ€. A partir de este momento comienza una cadena de ideas, imaginarios, acciones y sucesos existencialistas en todos los versos, entendiendo cómo el ser se relaciona consigo mismo mediante una relación constitutiva de su propio ser. Esa idea del existencialismo sartreano de que “no hay una esencia fija e inmutable sino solo un proyecto, una pura posibilidad, pues cada individuo se hace mediante sus propias decisiones y su única finalidad es la muerteâ€.
El segundo capÃtulo, Dos, atañe a la relación memoria/vacÃo con 10 poemas, cuya apertura se concreta con un formidable texto “No sé escribirâ€. En esta parte, la cotidianidad no es la vida, ni el entorno ni la realidad, sino el marco donde el ser humano se coloca ante su propio ser y se hace responsable de sus decisiones, aun de la defenestración de sÃ, el abandono final que tiene lugar en las emociones y experiencias reunidas en el capÃtulo Tres.

La ética existencialista basada en esta responsabilidad de asumir las decisiones, incluso las más crueles y desgarradoras constituye el centro conceptual del libro. Son 29 poemas cortos, sin grandes complejidades estróficas o rÃtmicas, rebuscamientos lingüÃsticos y con alta narratividad, imaginarios existencialistas y desvarÃos sicóticos entre el yo, el tú y la existencia.
Se trata, en fin, de “restos†de humanidad, ni confesionales, ni memoriosos, ni denunciantes. Son más bien trazas, huellas laceradas por abandonos, ausencias, pérdidas y circunstancias capaces de mutilar incluso la sucesión de los dÃas y el posible sosiego de la nada.
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Datos de la autora
Yanetsy Pino Reina (Sancti SpÃritus, 1977). Escritora, profesora universitaria, editora e investigadora. Licenciada en Letras y Doctora en Ciencias Literarias. Entre sus libros más conocidos tanto dentro como fuera de Cuba, está Hilando y deshilando la resistencia (pactos no catastróficos entre identidad femenina y poesÃa), editorial Casa de las Américas, La Habana, 2018, Premio Casa de las Américas 2018 en Estudios sobre la Mujer. Es miembro de la Uneac y de Honor de la AHS.
Ariel Fonseca hace autostop en la Autopista 8
Ariel Fonseca (Sancti SpÃritus, 1986) no deja de ser noticia en el panorama literario cubano. A sus libros anteriores –los cuentos de …aquà Dios no está, Hierbas y Ventana al mar, los relatos para niños de El circo invisible y el poemario Restos– se añaden ahora el texto para jóvenes Une los puntos y verás, publicado por la Editorial Oriente y presentado en la reciente edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana, y la novela Do not disturb, aún en proceso editorial por la Casa Editora Abril, con la cual ganó el Premio Calendario 2019 de Narrativa.

Do not disturb “trata temas cotidianos como el amor, la violencia, los traumas de la infancia, el travestismo por esos traumas de la niñez, los celos, el dolor… Pero todos los textos tienen un desenlace paranormal. Se llama asà porque todo ocurre dentro de un motel o al menos dentro de ese radio. Es que como si alguien, un hombre o mujer, no lo defino, estuviera contando todas las historias, sin excepción y no importa que el narrador sea en primera o en tercera persona. Es que la distancia entre el narrador y el personaje es muy corta, a veces no se define quién habla, si es el narrador o el personaje. Es como que el narrador y el personaje casi fuera uno; quise que el narrador padeciera todo como si fuera el personajeâ€, dice. Â
“Siempre digo que los protagonistas no son las personas, son el empapelado, el espejo cóncavo, la máquina de hielos, el columpio y la Autopista 8, que da paso al motel. Me han dicho que regresa una y otra vez, e imagino que sea porque hay un personaje que está ahà varias veces como mal augurio, que es el niño de la cazadora roja con el slogan de los Red Socks, y la máquina de hielo. Y el empapelado, que juega un papel determinante en varias historias o según su color podemos descubrir qué está pasando o qué pasaráâ€, añade Ariel Fonseca, a quien siempre asocio a cosas que poco tienen que ver entre sÃ: cuentos donde se destila cierto realismo sucio, ese que se torna cotidiano, compensado con un adecuado manejo psicológico de unos personajes que insisten en comprender el porqué de sus acciones, aun por extrañas que estas parezcan; pero también lo relaciono a la pizza con frijoles, extraña combinación que hace las delicias del paladar de Ariel; a las albóndigas de su madre; el pie de limón; a las calles de Sancti SpÃritus, donde vive y escribe; a las empedradas y centenarias callejuelas de Trinidad, que visitamos juntos; a su obsesión cuando quiere cualquier cosa, un libro, por ejemplo; a sus timbres telefónicos a cualquier hora del dÃa o de la noche…

Ariel Fonseca escribe historias escuálidas y conmovedoras, que recuerdan las del J. D. Salinger y donde soplan, además, ciertos aires de Charles Bukowski, Raymond Carver, Ernest Hemingway… muchos de los maestros a los que rinde homenaje en sus narraciones, aunque Ariel lee como pocos, analice y a veces hasta “descuartice sin piedad†a sus contemporáneos. Sus personajes “sienten, respiran, sufren y dañanâ€; relatos de gente común, sin muchas o grandes expectativas en la vida, esos que vienen a poblar la verdadera historia.
Dice Ariel que él es todos sus “personajes y a la vez noâ€. Y le creo. Lo notamos al leer los 13 cuentos que conforman Hierbas, libro publicado por La Luz con el que obtuvo el Premio Celestino de Cuento en 2015. Pero también en …aquà Dios no está (Ediciones Luminaria, 2010) y Ventana al mar, Premio Fundación de la Ciudad de Sancti SpÃritus Fayad JamÃs 2016.
Ventana al mar, uno de sus libros recientes, muestra, como si miráramos precisamente desde una ventana, a un narrador más metódico que sigue con las mismas obsesiones de su primer libro –por algo son obsesiones, no– y que mediante ella se nos desnuda, pero esta vez sabiendo que ya ha corrido los riesgos que implica hacerlo. Que ha crecido. Siete relatos que, nos dice Dalila León Meneses, nos entregan la expresión más realista del hombre alienado: “No exentas de un sutil sarcasmo y un reflexivo pesimismo, abordan temas tan habituales como la soledad, la pérdida, el amor y el desamor. Están otros argumentos con un trasfondo más explÃcito como los prejuicios sociales, la inmigración y, por supuesto, las circunstancias de la condición sexual, no superada aun en nuestra sociedad contemporáneaâ€.

Este libro habla de las derrotas; otros de Ariel también. Estén poblados por personajes sin grandes expectativas, hostiles, desarraigados, desencantados, marginales y marginados, y solos, principalmente eso, muy solos. Ellas, las derrotas, me dijo una vez, son el hilo conductor de esas historias y también la obsesión común, en un intento fallido de escapar de una vida hueca. Para qué comprar y leer un libro asÃ, podrÃamos preguntarnos. Para descubrirnos y quizás, frente al libro-espejo, desmantelar la expresión de soledad, como un exorcismo. Me interesan las personas, lo que ellas son y porqué lo son, parece decirnos Ariel.
Mediante la literatura, lucha contra sus miedos e incertidumbres. Grita que debemos aceptarnos tal y como somos, con nuestras potencialidades y limitaciones, con nuestros sueños y pasiones. Eso es lo que les pasa a sus personajes, aún no han aprendido a aceptar lo que son y por ello fracasan. Aunque Borges aseguraba que lo que decimos no siempre se parece a nosotros (esperemos entonces por la llegada a la librerÃas de su libro Do not disturb).

El Ariel que imparte clases, el que espera el autobús cada mañana, el que cuida de su madre, no es el mismo que escribió el primer cuento y mucho menos el que ha escrito el más reciente. Incluso, los poemas de Restos, un libro suyo publicado hace poco también por Ediciones Luminarias. No hablo de capas, sino de sedimentos –existenciales, literarios, vivenciales– que van formando al ser humano y al escritor. Como sus personajes lo hacen con el alcohol y el cigarro, Ariel se siente vivo mientras escribe. Vivo mientras alguien lo lee y, digamos, se descubre. Es como si luchara consigo mismo y la literatura fuera, además de lanza, blasón. Por eso no nos extrañe que vengan nuevos premios y otros tantos libros con su firma.
Portadas de los libros de Ariel Fonseca
Ariel Fonseca, escritor por naturaleza
Aún no sale de la sorpresa. Desde hace mucho tiempo compraba cada libro Calendario y anhelaba estar un dÃa entre la lista de autores que todos los años propone la Editorial Abril con los ganadores del certamen más importante en nuestro paÃs para escritores hasta 35 años de edad, sean o no miembros de la Asociación Hermanos SaÃz.

Llegó el año 2020 y la alegrÃa aún no le deja creérselo. Ariel Fonseca Rivero, natural y residente en Sancti SpÃritus, conquistó el lauro en el género Narrativa por su texto Do not disturb.
Compuesto por varios cuentos que narran una sucesión de eventos que tienen lugar en un motel, este texto nació, tras horas y horas, del empeño frente a su computadora.
“El narrador de la historia es un voyeur que observa todo, dialoga y se involucra con cada uno de los personajes. Cuenta, de esa forma, todo lo que ocurre. Nos devela la verdadera naturaleza humana, sobre todo, cuando llega la noche y nos mostramos tal y como somos. Por eso, están presentes el dolor, el desamor, la tristeza, los celos y miedos. Todas las historias desenlazan en algo que no podemos explicarâ€, explica.
Vuelve asà a mostrarse fiel a sus palabras escritas, minucioso en todo lo que redacta. Este joven, jefe de la sección de literatura de la filial espirituana de la AHS, se acomoda detrás de cada letra, a fin de transgredir los lÃmites posibles de la realidad.
Y en esa constancia de llevar al papel cuanto detecta en su diarismo le ha permitido no solo develar su personalidad o sus otros tantos yo, sino colarse por la puerta ancha del panorama literario cubano.
“Escribo por acumulación. Mientras camino veo todo lo que me rodea. Observo cualquier detalle, por mÃnimo que sea, ya que me puede dar pie a una historia. Cuando me siento a escribir es porque ya me está martillando la cabezaâ€, insiste.

Pero, en este 2020 el alegrón no sólo llega con este lauro, sino con la presentación y venta, durante la 29na. Feria Internacional del Libro Cuba 2020, de su libro Unes los puntos y verás, por la Editorial Oriente y con ilustraciones de los espirituanos Noel Cabrera y Osvaldo Pestana (Montos).
“Está pensado, fundamentalmente, para el público infantil de ocho a diez años, aunque puede disfrutarlo toda la familia. Es la historia de un niño que no tiene amigos y se inventa uno para hacerse la vida más agradableâ€, asegura.
––¿De qué recursos te vales cuando apuestas por el público infantil?
“He tratado que exista algo de imaginación, magia y contemporaneidad que es, en definitiva, lo que caracteriza a mi literatura. Ubico siempre al lector en el espacio, en la Cuba actual para que se sienta más identificadoâ€, responde.

Un sello muy personal que le ha dado varios alegrones, además del Calendario, como la Beca de Creación La Noche 2012, conferido por la AHS; Premio Herminio Almendros 2014, otorgado por la Editorial Oriente; Premio Celestino de Cuento 2014, entregado por Ediciones La Luz y la AHS, de HolguÃn, y la Beca Dador 2016, también auspiciada por la organización que agrupa a la joven vanguardia del paÃs.
“Mando bastante a los concursos porque es la manera más efectiva de que te publiquen si ganas. Hay muchas personas con talento que escriben y la competencia en las editoriales es muy fuerte. Los premios muchas veces te dan derecho a ir directo al plan editorialâ€, agrega.
A pesar de ser ya un escritor reconocido en las lides literarias de Sancti SpÃritus y un poco más allá, aún a Ariel Fonseca Rivero se le ve a menudo muy cerca de sus inicios. Talleres literarios, intercambios con estudiantes ávidos de acercarse a las páginas, lecturas, peñas… una constancia que lo distingue más allá de sus páginas.
Me interesa lo cotidiano y la violencia escondida tras el silencio
Ariel Fonseca nos habla en sus obras de la violencia y también de la belleza de lo cotidiano… y lo ha hecho bien, sin seguir las modas literarias, sin prestar oÃdo a los atractivos y efÃmeros cantos de la reproducción seriada. Por eso, quizás, es que su voz es diferente a tantas otras. Esta entrevista es, para mÃ, deuda con uno de los autores cuya creación me resulta, más que atractiva, necesaria en estos tiempos artÃsticos que vivimos. [+]